Anestesia general

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En cierta manera, parecería que estamos anestesiados. Las múltiples excusas que es capaz de encontrar la ADP para no dar clases son una afrenta social. Pero ni los padres de los menores afectados ni las autoridades parecen encontrar el camino para reconducir al sindicato.

El sistema escolar público cuenta con unas asociaciones de padres que ya debieran estar haciendo valer los derechos de sus hijos a recibir educación. Y no hablamos de educación de calidad. Hablamos de recibir, al menos, las horas de clase que están pautadas en el año escolar.

En otro terreno, los asegurados que pagan religiosamente sus cuotas del seguro médico pasan desde hace meses por una situación impuesta desde el Colegio Médico que atenta directamente contra sus derechos como clientes de una empresa aseguradora y como pacientes de un médico.

Tampoco se siente una protesta social que obligue a los protagonistas de ese pulso a encontrar el acuerdo.

Estamos anestesiados. Los padres de los alumnos se resignan y los pacientes se conforman. Todos aguantando a que las cosas, al menos, no vayan a peor.

De la educación a la salud pasando por el tránsito que afecta a todos. Sorprende ver la contención de los ciudadanos cuando en las calles tratamos de sortear verdaderos kamikazes en dos ruedas (o en cuatro ejes), y enfadados pero dóciles, sabemos que es mejor no hacer nada porque nada o poco van a hacer los agentes del tránsito.

Serán los bonos sociales y los cheques del gobierno que llegan a más de la mitad de la población directamente. Será que se ha intentado, pero no se ha conseguido. Será que tenemos muchos otros problemas que sí se pueden solucionar y requieren nuestro tiempo y energía. 

Será que estamos anestesiados o que la última canción de Shakira da para una semana. Por: Inés Aizpún [Diario Libre]