Arranca el debate

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Las AFP presentan sus propuestas en un clima de opinión pública bastante escéptico, todo hay que decirlo. Es muy probable que los que quieren la devolución del 30% de sus ahorros no tengan la información completa de lo que pasaría en el sistema financiero y en la economía en general si esto se llevara a cabo. Habrá que encontrar un punto de entendimiento.

Empecemos por los legisladores. Los que han motivado (a pedradas incluso) la devolución del 30% son privilegiados que legislaron en su propio beneficio y disfrutan de un sistema de pensiones propio del que es muy difícil obtener información: el Instituto de Previsión Social del Congresista Dominicano. Pueden jubilarse a los 55 años, con el 60% del sueldo si han servido dos periodos constitucionales. Un 70% del sueldo si tienen 60 años y los mismos dos periodos.

Los maestros tienen en el INABIMA 55 mil millones de pesos en su propio plan. Los maestros, los empleados del Banco Central, los legisladores, los profesores de la UASD… Son esquemas que restan eficiencia al sistema en el que todos los trabajadores formales estamos obligados a cotizar. Esa, las excepciones, es una de las anomalías más irritantes del sistema.

Aquí, como en todo el mundo, los sistemas de pensiones necesitan que los cotizantes se retiren más tarde y coticen más. Las AFP abren varias vías para estas entradas. Proponen algunas mejoras en las condiciones para retirar los ahorros y otras que deben ser llevadas a discusión, lo que augura tiempos indefinidos de resolución.

Lo más interesante: si se combatiera la evasión, la subdeclaración de ingresos y otras trampas, a todos nos iría mejor. Pero ese es el camino difícil. Por: Inés Aizpún [Diario Libre]