Si para atender un conato de huelga de dos días en Navarrete, el gobierno debió de emplear dos mil efectivos militares y policiales y un gran contingente de equipo motorizado para controlar una situación, que desde un principio debió de haberse previsto mediante encarcelamientos preventivos en los barrios populares y si en el futuro inmediato pudiera presentarse la misma situación, pero en diez ciudades a la misma hora y al mismo tiempo, habría que imaginarse que las autoridades podrían quedar al extremo de perder el control.
Y si esto se colige de lo ocurrido ayer en la ciudad de Navarrete, donde equipos de choque los mismos partidos y grupos opositores, que de cara al público se proclaman defensores del “estado de derecho”, salieron a las calles y logrando neutralizar a efectivos militares y policiales, que más parecían estar auto protegiéndose que actuando con la corrección y firmeza debidas, habría que imaginarse en el peligroso ámbito de ingobernabilidad que de pronto surgiría en el hipotético escenario que esbozamos.
En consecuencia y en una escala de cero a diez puntos, el gobierno y por su falta de autoridad, apenas se anotó un tres y que es penoso. (DAG-OJO)