Caudall. Que de 10.5 millones de dominicanos solo un 15 % logre una situación financiera aceptable, en tanto solo 1.7 millones la tengan saludable, habla pésimo del nivel y calidad de vida que tanto ha retrocedido en los últimos 17 años

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Si los políticos de este país fueran personas con conductas mentales normales, seguro que al conocer el primer informe sobre nivel y calidad de vida elaborado por un grupo independiente y nada político partidarista de profesionales de las ciencias sociales, dentro del esquema Caudall y como plataforma que busca que la gente tenga un menor manejo y control de su dinero, es decir que tengan cultura financiera, haría rato que estarían procurando las vías urgentes para mejorar el nivel y calidad de vida de todos los dominicanos.

Ni hablar dentro de los tres poderes interdependientes del Estado, donde y en líneas generales, la corrupción a gran escala campea por sus fueros y tanto, que ya no es que hay que ser ladrón, aventurero capitalista o mercader sin moral alguna, para ser político, sino que la amoralidad ya ha llegado a penetrar y como nunca antes la misma idiosincrasia dominicana y tanto, que de 100 hogares, más de 60 están penetrados y son acogidas las miles y únicas formas de hacer dinero sin importar como y en los que la amoralidad más extrema, afecta a la gran mayoría de sus clases sociales.

Para empezar, de cada 100 políticos en activo e igual cantidad de los que dicen que están “retirados”, presentan un cuadro demencial de enriquecimiento personal y familiar, sino desproporcionado, sí altamente ilícito y que, de conjunto, habla de la grave inversión de valores morales que abate a esta nación.

Lo que sin duda, es la razón por la cual, todas las actividades económicas y financieras, prácticamente el 90 %, están corroídas y penetradas por todas las formas más variadas de corrupción y en un crecimiento tan sórdido, que poco se hace para corregir tales inconductas, al tiempo que el poder mediático se ha constituido, no en el valladar y sí en el refugio de quienes, como pequeña burguesía, entienden que deben buscar ascenso social sin importar que su moral quede hecha girones en el camino.

Desde luego, muy pocos quieren aceptar estas probabilidades estadísticas y son la mayoría de quienes delinquen moralmente y todos los días, los primeros que hacen lo imposible por enfrentar y erradicar de sus ambientes de desenvolvimiento, a las poquísimas personas que por mucha educación de hogar y firmeza de principios morales, todavía logran ajustarse al nivel de vida propio de quienes entienden que deben vivir de acuerdo hasta donde llega el nivel de su capacidad económica o financiera y nunca transgredir normativas de honestidad, integridad y decencia pública que sus padres les han inculcado y como la mejor prenda moral a exhibir.

Solo así se explican o pueden entenderse y si vale el término, los escandalosos como abusivos y hasta ahora seis grandes casos de corrupción a gran escala que ha destapado la procuraduría general de la República y su cuerpo de fiscales e investigadores forenses y mediante los cuales, se descubre la amplia conducta decididamente delincuencial de tantos individuos, civiles, militares o policías, empresarios, banqueros, comerciantes o importadores y todos bajo la etiqueta de suplidores del Estado.

Mecanismo este, que se ha convertido en la espina vertebral de todas las inconductas, felonías, robos, desfalcos y fraudes desde el poder, más el “añadido” de esa economía subterránea de la droga y el lavado de activo que realmente corroe y como sucede en otros países y economía, la vida de esta nación.

El esquema corruptor es tan amplio y hasta diversificado, que en lo que se refiere a la Iglesia Católica versión dominicana, esta se ha convertido en la deleznable corporación económica que no solo se ha convertido en la mayor terrateniente nacional y sí en una de las primeras corporaciones de absoluta evasión fiscal, en tanto la mayoría de los templos de culto en sus diócesis, son la versión más esperpéntica de financieras de préstamos de usura y abarcado un 35 % de acuerdo a nuestras fuentes, de todo el entramado financiero de préstamos legales u ocultos de la economía dominicana y lo que de suyo es un verdadero escándalo.

Son 49 años y desde que naciera Por el Ojo de la Cerradura como columna de análisis político independiente, que hemos visto pasar todas y mil formas de enriquecimiento ilícito y de saqueo, no solo robo, de los recursos públicos y desde una situación tan tremenda, que más del 50 % de la población dominicana se desenvuelve o se maneja hasta robándose así misma al hacer negocios con el gobierno de turno ó en los negocios y actividades mercantiles propias del diario vivir.

Así las cosas, se presenta ahora, la demostración más hiriente y verdadera de todo cuanto hemos estado diciendo en nuestros medios, respecto a los niveles terribles a los que ha llegado la corrupción y como manera tan vil de “normalidad” en la vida de los dominicanos, al conocerse los resultados del primer estudio sobre la salud financiera nacional y en el que resalta, que tres millones de personas viven dentro de una grave vulnerabilidad financiera, que 5.8 millones sobreviven cada día, es decir, no llegan a fin de mes, mientras solo 1,7 millones de ciudadanos tienen una situación financiera saludable y que como resultado general, el 15 % de toda la población y no solo la económicamente activa, logra cierto nivel de finanzas saludables.

Para nada, el estudio citado especifica si quienes logran una situación financiera saludable, esta ha sido obtenida honestamente y lo que a razonamiento a contrario habría que concluir, que es y en una gran parte, como prácticas ilícitas de enriquecimiento e inconductas reñidas con las leyes.

¿Quiere lo anterior decir o significar, que los dominicanos somos un pueblo intrínsecamente corruptor y corrompido?, no necesariamente, sino que el mismo hecho del gran destape de persecución contra la inmoralidad, mejor dicho, de la amoralidad que ha penetrado en el tejido nacional y que efectúa el ministerio público central en la nueva administración del presidente Luis Abinader, de suyo, es la admisión más reveladora, de que es tanta la gente decente que ha estado dormida o atrapada por las terribles circunstancias de una burguesía insaciable y una clase política y gobernante peor, que el solo hecho de que se haya producido el destape moral que está ocurriendo y su aceptación por parte del gran público, dice y más que mil palabras, que la nación es rescatable y que la mayor parte de la ciudadanía quiere y aspira a que en nuestra patria haya un rescate de valores morales que hasta ahora se creían perdidos.

De ahí, que no solo tenemos que aplaudir la iniciativa de los profesionales que componen la plataforma de lideres de mercado que buscan un cambio de conducta en las instituciones financieras, empresariales y económicas en sentido general, sino que también procura y que es lo obvio, sensibilizar a la mayor cantidad de ciudadanos, en cuanto a que es hora de todos sacudirnos del nicho de delincuentes de cuello blanco o no, que realmente nos ha secuestrado las instituciones y tanto públicas como privadas.

Así mismo, hay que aplaudir y respaldar los esfuerzos tesoneros de la procuraduría general de la República, en la persona de la magistrada Miriam Germán Brito, como de su cuerpo de fiscales y procuradores adjuntos, enfrentados a las peores como mayores muestras de corrupción desde el poder, que como nunca antes se había conocido y en particular, exhortar a todos los miembros del aparato mediático, dueños, ejecutivos periodísticos, cuerpo de redactores, productores de radio y televisión y en internet, a que hagamos todos los esfuerzos y apartándonos de las mezquindades propias de la conducta humana, a entender, que como contrapeso del poder, estamos en la obligación del ir al rescate moral de nuestra nación y aunque unos que otros pudieran quedar afectados por las inconductas que arrastran.

Pues definitivamente, la actuación continua y aleccionadora de la PGR y de la que ya no puede ni debe ser subestimada y sí respaldada y la presencia del primer estudio de salud financiera nacional, que sería un grave error ignorarlo, claramente nos dicen y advierten, que la nación tiene y debe cambiar y su clase gobernante mucho más todavía y que en este sentido, lo mejor del alma dominicana debe ser puesta a valer.

Con razón entonces, que haya que plantear, que con lo del estudio Caudall. Que dice, que de 10.5 millones de dominicanos solo un 15 % logre una situación financiera aceptable, en tanto solo 1.7 millones la tengan saludable, habla pésimo del nivel y calidad de vida que tanto ha retrocedido en los últimos 17 años. Y que, al conocerlo esta mañana, lo primero que expresamos y como colofón, que:

En Por el Ojo de la Cerradura no nos han sorprendido los resultados de este estudio y porque el mismo confirma nuestras propias estadísticas, pues como nuestros lectores conocen, no una sino varias veces, hemos detallado el nivel de insuficiencia, gastos desproporcionados, pocos ingresos y ausencia de seguridad financiera que tiene cerca del 60 % de la población e incluyendo la económicamente activa. Ahora el gran contraste, es chequear las finanzas de los políticos en ejercicio y principalmente sus lideres y donde se encontrará, que más del 50 % tiene ingresos de ricos, viven como ricos endeudados y tienen bienes y activos, que con sus ingresos legales no pueden justificar. (DAG)