En julio de 2018, el entonces expresidente Danilo Medina, hizo su primer viaje oficial a China y un año después ya en el país habían llegado 200 cámaras de reconocimiento facial que se suponía serían instaladas en todas las calles del campus de la UASD.
A partir de ese hecho y con la complicidad de aquel presidente y su gobierno, China se encontraba presta para crear un mecanismo muy sofisticado de espionaje y a un nivel de tal magnitud, que, a los seis meses de estar operando, por lo menos quedarían registrados un mínimo de cinco millones de dominicanos y hasta lograr que a los doce meses, China tendría toda la data de toda la población dominicana.
Una situación, que, si la estación local de la CIA no se despabila, EEUU y aquí hay que hablar de geopolítica, habría perdido la iniciativa en toda República Dominicana.
Tan pronto estalla la alarma, la entidad estadounidense mueves sus alfiles en este país y ya entrado el gobierno de Abinader y para que un contrato igualmente de inteligencia y data y también a base de cámaras colocadas de reconocimiento facial en todo el país y comenzando por la capital nacional y una ramificación en la frontera, un agente suyo las controlase directamente.
Durante cuatro años la nueva unidad estuvo desenvolviéndose bajo la careta de una empresa privada de contratistas de inteligencia y data y el gobierno conociendo de pleno su funcionamiento y hasta que por celos entre generales, uno que salía del ministerio de Defensa y otro que entraba, estalló un escándalo político-mediático, que en cierta manera fuera propiciado por el mismo gobierno y porque de golpe se le reduciría peso de influencia al expresidente Hipólito Mejía, quien de pronto y con el correr de los días, se encuentra dentro de un escondido entramado de corrupción manejado por cercanos suyos y algunos hasta familiares.
Ahora y a resultas de todo este escarceo, el gobierno dominicano se encuentra atrapado en lo más parecido a una de estar entre la espada y la pared y para colmos, con la injerencia de entidades estadounidenses como el FBI y la DEA y que al hacerle cierto contrapeso a las iniciativas de la CIA, al tener peso de influencia en el ministerio público central y en el sector de la procuraduría anti corrupción, la situación se ha tornado de castaño a oscuro para todos los actores nacionales e internacionales envueltos en la trama y propia de un país de economía emergente pero de mentalidad subdesarrollada, que prácticamente y con Abinader ha visto desaparecer su propia autonomía y soberanía.
La lucha, ahora tiene que ver con el mayor o menor grado de corrupción en el gobierno del PRM y sus asociados legisladores que a su vez son parte del entramado delincuencial del narcotráfico y la mayoría pedidos ya en extradición y a lo que el PRM se niega.
En lo individual y por lo poco que ha trascendido, un nieto del expresidente está seriamente comprometido, viceministro el mismo y también su mamá y la que hasta hace poco creía que tenía libre el camino para proyectarse como precandidata presidencial en el 2028 y casi en paralelo, trasciende el poderoso ministro presidencial al que enemigos de lenguas más afiladas le apodan como “el muñeco chuki” y un poco más atrás, otro ministro y sin cartera y ambos tenidos según fuentes de inteligencia estadounidenses como recibidores de sobornos millonarios provenientes del narcotráfico.
Al mismo tiempo, ya se sabe o al menos aparenta, que Jochy Gómez-Canaan, el cabeza de inteligencia y data privado que se le reputa como un “hombre de la CIA” se ha convertido en el preso que declara a favor de todo cuanto interese a la procuraduría y a partir de ahí, es que la puerca tuerce el rabo y el gobierno empieza a preocuparse, pero sabiendo que al presidente Abinader, su persona todavía no ha sido ni mínimamente mencionado con implicaciones directas en esta escena delictiva a nivel amplio.
Sin embargo, cuando los responsables de toda la trama criminal empiecen a caer y ser repatriados, no cabe la menos duda de que los poderes Legislativo y Ejecutivo deberán tener toda la razón para que sus responsables deban de preocuparse.
En el pasado y casi recientemente, expresidentes en Panamá y Honduras han sido extraditados por entendérseles socios o cómplices de tramas de operativos del narcotráfico en sus respectivos países y observadores independientes entienden, que, con esos ejemplos, tampoco se podría excluir que altos personajes políticos criollos oficialistas y de oposición pudieran correr la misma suerte a partir del 16 de agosto de 2028. Por lo pronto, la negativa de Danilo de volver a aspirar a la presidencia de la República, para algunos es una señal “testimonial” y hablando en criollo, de que “la piña está más que agría”.
Desde luego, el presidente Abinader es un hombre cuya inteligencia no puede subestimarse y en este aspecto, otros le entienden lo suficientemente capaz de darle salida a los 18 expedientes de solicitudes de extradición que, guardados en una gaveta palaciega, solo están a la espera de que los acontecimientos dicten el paso a seguir.
De ahí que digamos, que China quiso pasarse de lista y EEUU trata de frenarla y de telón de fondo, Abinader, Hipólito, un nieto suyo y Carolina y de refilón, Jochy. En otras palabras, lo que no se ve, cuando explote y arrastrando a Danilo, generará un terremoto político apocalíptico. Con Dios. (DAG) 06.11.2024.