Lo que en principio podía suponerse un serio traspiés para el presidente en funciones y respecto a su permanente 25 % de popularidad que le da el cargo a quien ocupa la alta posición pública, lo cierto es, que en la medida que la Oposición avance, a Abinader solo le quedara su porcentaje institucional de aceptación y aún así, el presidente en funciones todavía puede avanzar en su popularidad y aunque fuera lentamente, no perdería del todo simpatías al momento que las urnas sean abiertas.
Así se tiene, que todos los contendores presidenciales de importancia electoral deberán de afanarse por ganar y hasta el último momento, las seis de la mañana del domingo 19, los votos necesarios para poder confrontarse entre sí y que al final de ese domingo darán los números finales de ganar o perder …o de equilibrar la carga ante una probable segunda vuelta electoral.
En este sentido, los nueve contendores podrán ser útiles mutuamente, sobre todo, al momento de que las urnas expresen que los electores se decantaron por una segunda vuelta electoral y la que no se daría, si como se está viendo, los tres candidatos presidenciales más decisivos, aumentaran sus porcentajes propios para imponerse entre sí.
Desde luego, nuestra visión es la propia del medio de comunicación y de información de masas y al mismo tiempo de análisis político de Estado que no azuza ganador ni perdedor y sí que las elecciones den unos resultados diáfanos y limpios y como expresión, de que la libertad de escogencia ciudadana fue respetada y que es lo que a nosotros nos importa.
Y nos importa, porque terminadas las elecciones, si toda la República coincide en cuanto a que las elecciones fueron inobjetablemente limpias, nuestro ambivalente sistema democrático saldría triunfante y de una consulta ciudadana, que en principio se ha creído que puede ser burlada en la escogencia de cada elector y debido a los radicalismos, que muchos hemos entendido que podrían darse en los tres días últimos de la agitada campaña electoral por parte de los actores políticos entendidos como institucionales.
Debe recordarse que de pronto han empezado a presentarse otros actores políticos hijos de grupos de presión, que de una u otra forma perturban el animo de los votantes y como son los casos de los militares políticos y tanto de gobierno como de oposición o los grupos religiosos cristeros más radicales.
Por lo pronto, los amagos de militarismo electoralista ya han empezado a presentarse y ni hablar de curas católicos fanatizados, quienes usando el púlpito como arma de presión electoral casi de desquiciados, quieren unificar una especie de voto cristero duro y bajo la sutil amenaza de argumento falso y como lo es, el llamado de preservar la vida frente a las malas prácticas abortivas, en tanto por el otro lado, quienes abogan por la imposición de un cuartel electoral con supuesta influencia en los familiares de militares y policías en activo, de seguro que no cejarán en sus perniciosos empeños de perjudicar el proceso electoral.
Todavía más y si se va a ejercer una critica más profunda, habría que decir, que el nivel de perversidad y de corrupción de parte del conjunto de las fuerzas políticas y sociales que conforman la dictadura partidocrática , es el factor que ha dado espacio a estos dos grupos de fanatizados extremistas y quienes si estos no encuentran o sienten, que el sistema electoral y en base a una Junta Central Electoral de comportamiento cívicamente independiente a todas las fuerzas políticas beligerantes, no se hace valer y sentir, perfectamente que hasta podrían perjudicar y en un momento dado el mismo proceso comicial.
Frente a semejante eventualidad, hay que apelar al carácter y compostura de todos los candidatos presidenciales y para que todos se erijan en vigilantes de la JCE y en cierta forma, garantes de que las elecciones del domingo 19 arrojen unos resultados limpios y confiables.
Hasta ahora, ninguno de los candidatos presidenciales ha ido en contra de la Constitución o de la voluntad popular libremente expresada. Al contrario, todos se muestran confiados en que la República saldrá victoriosa del torneo electoral del domingo 19 e inclusive y con todo que en este país, es tradicional que quien está en el gobierno, en algún instante quisiera realizar algún tipo de amaraco que provoque un desorden institucional, no lo es menos, que habiendo en el territorio nacional 250 observadores electorales internacionales, aparte de los que de suyo tienen las embajadas y consulados y organismos extranjeros y las mismas organizaciones no gubernamentales nada amistosas hacia lo dominicano, hay que creer que semejante andamiaje institucional evitará que las pasiones se salgan de control.
Ahora bien y viendo como se la gastan los capitostes del partido oficial y la parte violenta de esa militancia que por cualquier cosa dirima sus diferencias internas a tiro limpio y como acaba de ocurrir en el Sur profundo, hay que decir, que tampoco hay que confiar demasiado de que habrá un día de elecciones tranquilo y confiable, cuando quienes viven al amparo del gobierno del PRM, es evidente que no han entendido que a las elecciones se va a votar y no a matarse y provocar el caos.
Consecuentemente, a la no del todo confiable JCE, hay que advertirle, que como su pleno es el que tiene el control de todas las instituciones públicas el domingo 19, deberá de estar siempre presta a mantener a raya el orden público y por nada del mundo, actuar como si fuera favorable a determinado candidato presidencial o candidatos legislativos y mucho menos, a dejar que militares y policías quisieran salirse de control o que medios de comunicación y redes sociales se presten a favores algún tipo de ilícito en contra de la limpieza de los resultados electorales.
O que sucediera lo otro tan terrible, de que la misma oposición Rescate RD no esté dispuesta a aceptar la eventualidad, de que también podría perder los comicios o que Abinader y aunque fuera por la mínima, las ganara y no el PRM y lo que facilitaría que el presidente en funciones pudiera hacer un gobierno sin compromisos institucionales con su partido y el gansterismo que le domina y sí de unidad nacional y a favor de la República.
De ahí que expresemos, que con todo y que la Oposición va apresurando su paso, todavía no se puede decir que la reelección vaya a perder. Abinader, aun cuenta con el 25 por ciento de popularidad que le da el cargo y que sus adversarios conocen bien, pero hay variables. Con Dios. (DAG) 14.05.2024





