Desde el momento que nos enteramos, de que los principales capitostes de la burguesía haitiana y en particular, los que residen en territorio dominicano y tienen negocios y se sienten socios del gobierno plutocrático del presidente Abinader, se encuentran entre los sectores ocultos que pujan porque el gobierno dominicano inicie una confrontación armada contra Haití, de inmediato entendimos que el presidente Luis Abinader y bajo ninguna circunstancia pudiera llegar tan lejos, que poco le importara poner en peligro la seguridad nacional y abrir un omiso capitulo de soldados dominicanos muertos y heridos en una insensata confrontación bélica con el país vecino inmediato.
Lo del contencioso actual y por un canal que Haití construye en la zona fronteriza y por el lado de Dajabón y para proveerse de aguas con el propósito de irrigar más de mil hectáreas en el valle o llanura de Mawibabou, por ningún concepto puede culminar con un enfrentamiento entre los dos países y simplemente, porque al gobierno nacional no hubiese sabido negociar al respecto y en la persona del canciller Álvarez, que reconoció en un documento de Estado binacional en el 2021 que la obra susodicha no violentaba en modo alguno los intereses dominicanos.
Ahora y si en el gobierno se han dado cuenta que su canciller metió la pata, lo que queda, es ir al diálogo y nada menos que en la mesa hídrica binacional y no pretender lanzarse a una aventura militarista totalmente fuera de lugar y menos, cuando la contraparte haitiana y en un documento oficial que ya circula, testimonia su interés de resolver cualquier discrepancia y que, de darse, entiende salvable.
Los intereses permanentes dominicanos, no pueden verse afectados en ninguna circunstancia y menos, porque la burguesía haitiana quiere utilizar al gobierno nacional de muñeco de cuerda para garantizarse un dominio mayor en su país. Abinader debe entender, que la nación no se lo permitirá. Lo que se impone, es recoger el zafarrancho militar, retirar los cinco puntos con los que el gobierno cerró unilateralmente la frontera y entrar de lleno a un diálogo fructífero alimentado por expertos hídricos de ambas naciones y punto. En nuestro análisis politico de Estado de mañana, ampliaremos al respecto (DAG-OJO)
