¿Disparate de marca mayor? La respuesta propia de un impresentable miembro de la corrupta partidocracia

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Mientras el senador independiente Antonio Marte plantea y muy juiciosamente. la alternativa realista de un proyecto de ley dirigido a disminuir la cantidad de senadores y diputados y por lo tanto, también de alcaldes y regidores y con el único propósito de que el clientelismo político disminuya radicalmente y el populismo también y que sería la mejor solución para detener en seco y hacer desaparecer la tronera de corrupción a gran escala que se registra en el Congreso Nacional y que genera esa terrible malversación de fondos originada solo en los presupuestos de las cámaras legislativas y por más de diez mil millones de pesos promedio por año.

Así vemos, que el deslenguado diputado de la FP Rubén Maldonado se atreve a calificar de disparate mayor la iniciativa de Marte y todo, porque si dentro de la partidocracia hay un partido, cuyos miembros principales, sus fortunas están originadas en la corrupción y como lo es la bandería política a la que se mudara Maldonado al abandonar el PLD, se entiende que desde el momento que los ciudadanos hagan conciencia de esta realidad, seguro que exigirían cuentas.

La corrupción y esto hay que enfatizarlo, dentro de la partidocracia, sin duda que tiene en la FP su mayor exponente y comenzando, porque su propio líder no tiene como justificar el desmedido enriquecimiento desproporcionado que ostenta y desde aquel día que aceptó apoyos económicos de grupos financieros para llegar a su primera presidencia  o desde el momento, que al salir del poder en el 2000, logró que los principales comerciantes, empresarios, banqueros, importadores y suplidores del Estado y públicamente, le regalaran millones de pesos con el pretexto de crear su fundación principal  y lo que fue una violación descarada del precepto constitucional de nadie aprovecharse pecuniariamente de la posición pública que se ostentara y propiciando lo que se entendiera un tráfico de influencias a un nivel realmente perturbador ilícito e ilegal.

De ahí que haya que asumir, que si el diputado Maldonado ahora grita contra la iniciativa del senador Marte, se debe, porque al achicarse el Congreso Nacional dentro de parámetros aceptables con los que se pudiera recuperar el perdido orden moral entre senadores y diputados, automáticamente la ola de enriquecimiento ilícito o desproporcionado en el que la clase política vive, disminuiría a niveles y de los que se pudiera decir que fueran manejables para los mismos contribuyentes, quienes son los más perjudicados y desde el momento que se comprueba, como presidentes, senadores, diputados, alcaldes y regidores dentro de los puestos de elección directa, cambian de status económico y a unas proporciones tan sospechosas, que a nadie le queda dudas, de que lo han obtenido en base a la corrupción más deleznable.

Por ejemplo, siendo presidente de la cámara baja, fue un rumor insistente, de cómo Maldonado, manejó, maniobró y manipuló el presupuesto de la Cámara de Diputados y por lo cual, se entiende, que si se le hiciera una auditoría forense independiente, Maldonado no tendría formas ni maneras para explicar las razones de ciertos escapes y el porqué el presupuesto a cargo terminara siendo deficitario y mucho menos, el porqué del grosero presupuesto colateral especializado en medios de comunicación y de información y periodistas y para el uso y usufructo de todos estos y con el disfraz de publicidad y reportajes de todas clases.

Desde luego y por mucho que se quisiera, de la irregularidad no se le puede achacar a Rubén Maldonado persona, pero sí al Rubén Maldonado presidente de la cámara baja y como a él, también a otros tantos que han tenido la misma posición y de lo cual, más por cobardía y complicidad, absolutamente nadie dentro de la partidocracia se le ocurriría confrontarle.

Pero los registros contables están ahí e igual en el Senado de la República y que es la razón, de que desde las cámaras legislativas se haya desatado la histeria, de que supuestamente se les quiere difamar e injuriar desde los medios de comunicación e información de masas y también en las redes sociales y simplemente, porque los dominicanos y en su calidad de ciudadanos, les asiste el derecho absoluto de exigirles cuentas y detallar en qué y cómo y a qué nivel han malgastado en unos casos, los dineros públicos y en otros, los han despilfarrado.

Consecuentemente, que ahora los legisladores y sin autoridad moral, la gran mayoría, amenacen con todo tipo de proyectos de leyes en contra del periodismo y el derecho ciudadano a la libre opinión, la libertad de conciencia y también a la libertad de información y frente a lo que, absolutamente ningún ciudadano que se respete y mucho más como contribuyente al que le han robado sus dineros por vía de impuestos, no tiene por qué aceptar y sí exigir las debidas explicaciones de lugar.

¿Se entiende entonces por qué el diputado Maldonado se permite la grosería de decirle al senador Marte, que es un supuesto “disparate de marca mayor”, lo que propone y que es un asunto lo más natural del mundo en toda sociedad organizada y en la que el pillaje no sea la norma de su clase política convertida en una corrupta partidocracia, que no guarda frenos ni acatamiento a las normas morales de ninguna especie?

También hay una solución intermedia a la propuesta del senador Marte y que diez años atrás habíamos sugerido y si el caso llegara que los políticos no aceptaran un recorte de curules de acuerdo con la edad de la población:  No solo que las provincias se reduzcan a no más de 16, sino que las posiciones legislativas se obtengan por áreas departamentales administrativas a las que pertenezcan las provincias y estas no más de seis por provincias. Y en base a qué cada departamento abarque seis provincias. Con lo que senadores y diputados serían de los departamentos y no de las provincias.

Propuesta esta última, que expresamos con el mismo sentido de la del senador Marte: Ahorro de recursos, ahora de cargos públicos y disminución drástica de la partidocracia como mecanismo corruptor, que de hecho a prostituido a todas las instituciones y afectado de forma terrible la moral social.

Y lo que debe plantearse, porque es imposible continuar aceptando, el cómo senadores y diputados se reparten los recursos puestos a cargo y lo más abusivo, de cómo aprovechan determinadas efemérides y fiestas de orden social de carácter público, cívico o religioso, para protagonizar ese ignominioso pillaje colectivo que tiene como mayor muestra, el abusivo como execrable robo público que es el llamado barrilito y lo que nos obliga a plantear: ¿Disparate de marca mayor? La respuesta propia de un impresentable miembro de la corrupta partidocracia. Con Dios.