El caciquismo mediático debe ser contenido. Los juicios mediáticos paralelos tienen origen en los intereses de los barones mediáticos dueños de la concentración de medios en pocas manos

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Si los dueños de los mass media dominicanos -empresas e inversionistas- no fueran un grupo de intereses que no tienen freno a la hora de entender que sus intereses están en desventaja respecto a agresivos competidores que les desafían en su propio terreno y si al mismo tiempo, los barones mediáticos no se entendieran como ese nocivo super poder político al que hasta los gobiernos deben de inclinarse, aquí no hubiese sucedido lo de la presencia incalificable de juicios mediáticos paralelos hijos del servilismo, el afán de lucro desmedido y del supuesto poder político mediático que tiene a esta sociedad esclavizada y tratada y como si en vez de ciudadanos, la gente fueran esclavos y siervos.

Igualmente, es menester destacar, que, si el poder político y por corrupción y falta de integridad de sus miembros no se hubiese entregado de pleno a los dueños de los medios representados por Corripio, Vicini, Pellerano, Estrella, Bermúdez, Rodríguez, etc.  Y también al cuerpo de sicarios mediáticos de todos estos, hoy la corrupción a gran escala no se hubiese generalizado a los bochornosos niveles que se conocen y el periodismo llano no fuera esa plataforma de insultos, canalladas, difamación e injurias y desenvolviéndose dentro de la peor autocensura, generando al final una muy débil existencia de libre información y libertad de prensa y también de conciencia y que apenas se sostienen dentro de los pocos medios y periodistas auténticamente libres de presiones políticas y empresariales y porque al administrar su propia hambre, desafían a los barones mediáticos y sus respectivas factorías mediáticas.

Y es que se ha llegado a lo peor, que el ejercicio del periodismo dentro de los medios tradicionales no es tal y sí al penoso rejuego de intereses políticos y empresariales, que, manipulando en extremo a la población, ha impuesto el mercantilismo más agresivo y junto a las más porfiadas muestras de políticos y empresarios, pugnando y en los tres poderes interdependientes del Estado por no permitir la libertad de opinión ciudadana y mucho menos la libre expresión de la población.

Todo se reduce a unos barones mediáticos que se entienden algo así como el terrible supra poder político institucional, que no permite la libertad de escogencia ciudadana y mucho menos que los dominicanos sean los dueños de su propio destino.

De ahí que entendamos, que es hora ya de que aquellos políticos y partidos y desde el Congreso Nacional y el Poder Ejecutivo, que se sientan obligados con la República, deben prohibir la concentración de medios de comunicación y de información en pocas manos y ni siquiera bajo el disfraz de conglomerados periodísticos, los que al final solo responden a una sola voluntad y dueño.

Es hora pues de acabar con el caciquismo mediático, ese que facilita que los barones y como dueños de otras empresas, chantajeen a los gobiernos exigiendo prebendas y canonjías desmedidas y como esas, de que cuando llegan cargamentos de mercancías, en las aduanas no se le da apertura a los furgones y de ese modo, esas mercancías entran sin pagar impuestos y sin que las autoridades sepan que contienen los furgones y todo ese tráfico de influencias ilegal, dirigido por la mayoría de los “íntegros, honestos y honorables”  barones mediáticos que todos conocemos y quienes siendo grandes evasores fiscales, hasta tienen los pantalones de exigir decencia y honradez a los demás y en especial a sus subalternos y esclavos dependientes.

Son 61 años, en los que la democracia o sistema político criollo ha sido secuestrado por los barones mediáticos y los dueños de los medios de producción y grupos financieros y que es la razón fundamental, de que el crecimiento económico no llega a la población y solo se queda en los mandos medios de esa oligarquía y también clase media depredadoras que se benefician del abusivo y desconsiderado caciquismo mediático.

Un detalle: ¿A quiénes es, que los legisladores les otorgan rimbombantes reconocimientos como supuestas figuras de “la dignidad nacional” , sino a todos esos viles explotadores barones mediáticos dueños de todos los oligopolios habidos y por haber y quienes para colmos, con sus editoras, inventan premios literarios o periodísticos con los que controlan via chantaje económico y mucha servidumbre, a intelectuales y periodistas y quienes en gran mayoría, todos escriben por encargos y convertidos en terribles sicarios mediáticos.

Toda esta inmoralidad y que es de las amoralidades más profundas, tiene y debe cambiar, debe democratizarse el libre ejercicio periodístico y el Estado debe ser el garante y por medio de subsidios directos del periodismo en sentido general y no mediante el sistema establecido de publicidad masiva de acuerdo al grado de servilismo y falta de criterio de periodistas, redactores, escribidores de ocasión y supuestos analistas, que debería darles vergüenza, ser unos desaprensivos seudo intelectuales y la mayoría analfabetos funcionales  y que se dan el bombo de entenderse “lideres de opinión” y en un país, donde lo que en términos generales hay, en una audiencia y público atrapados altamente ignorantes.

República Dominicana, merece ser una nación auténticamente libre, soberana e independiente, donde cada ciudadano tenga derecho a expresarse sin favor ni temor y todos los medios estén obligados a publicar los reclamos y opiniones de todos los ciudadanos y con preferencia, respecto a lo que digan los ciudadanos de a pie y de clase media, las victimas más sufridas del caciquismo mediático que daña y perturba a toda la sociedad y su ciudadanía.

Merece también, que los medios no tradicionales y periodistas auténticamente independientes a todos los poderes públicos y privados, sean protegidos constitucionalmente y por ser los auténticos contrapesos frente a ese ejercicio periodístico corrupto y malsano que ahora pervierte y esclaviza.

Creemos que la libertad de critica debe ser impuesta por el Estado, que el auténtico periodismo libre debe ser protegido y en la terminación definitiva de la concentración de medios en pocas manos y que debe ser la prioridad y si es que definitivamente los dominicanos queremos vivir en un clima de libertad real y participativa que haga posible y factible, que el poder de la justicia independiente lo norme todo y para dar paso a un auténtico estado de derecho.

A punto de cerrar el año y reclamando, que el caciquismo mediático debe ser contenido y que los juicios mediáticos paralelos tienen origen en los intereses de los barones mediáticos dueños de la concentración de medios en pocas manos, ofrecemos  nuestros mejores deseos de Navidad y Año Nuevo y si se puede. Con Dios. (DAG)