El capitalismo salvaje está tan enraizado, que un suplidor del Estado asesina a un ministro de Estado y no pasa nada y tal impunidad, es la herencia pecaminosa del PLD

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Si se hace un análisis exacto de la realidad nacional y a partir de la aplicación de las políticas establecidas por los presidentes del PLD a partir del 2004 al 2020 y en función de gobierno, se tiene, que el crecimiento y desarrollo económico se fundamentó y aparte de las obras de infraestructuras y el más o menos saneamiento financiero, en el nacimiento de una nueva clase de capitalistas hijos de la política, los contratos de obras de infraestructura, así como de ese capitalismo delincuente fundamentado en el narcotráfico, el lavado de activos, los suplidores del Estado y las negociaciones directas del Poder Ejecutivo para favorecer a los grupos económicos tradicionales.

De ese modo y en correlación con semejante tipo de capitalismo salvaje que tiene bajo secuestro  las vidas económica y financiera de esta nación y también en paralelo, desde el poder se coadyuvó al crecimiento de la delincuencia militar como policial y del crecimiento corrosivamente abrumador  de una nueva clase media  dividida en burguesía criminal apoyada por el PLD y la otra siempre agazapada en la vieja oligarquía, cuyas riquezas dimanan de sus negocios y transacciones bastardas en los gobiernos del presidente Ulises Hereaux para los años 1800 del pasado siglo.

Pero lo más duro, ha sido el descubrirse que todos esos intereses han hecho de este país una especie de corporación criminal para su uso exclusivo y representada en la concentración de medios de comunicación en pocas manos empresariales y los grupos emergentes de la apabullante como desenfrenada delincuencia juvenil y los otros grupos delincuenciales especializados en los crímenes por encargos y en los que las manos de determinados empresarios y comerciantes ligados al poder, son sus más notorios exponentes.

De esta manera, no solo el 90 por ciento de la dirigencia del PLD aparece ahora como un grupo de gente pudiente o millonaria al amparo del tráfico de influencias, sino que presidentes como Leonel Fernández, abiertamente se le ha visto beneficiado por aquellos empresarios e industriales que él beneficiara en sus mandatos y quienes luego de salir del poder, se reunieron públicamente y para que aquel inescrupuloso político recibiera millones de pesos en dádivas para que construyera su primera fundación y en una muestra indignante de cohecho, prevaricación y enriquecimiento ilícito ó desproporcionado al amparo del poder y cuyos antecedentes más notorios fueron los gobiernos del Partido Revolucionario Dominicano (PRD).

Entendido semejante despliegue de inmoralidad, a este día y solo contando con los 21 dirigentes peledeístas más ricos, existe una acumulación de riquezas en esa especie de casta de privilegiados, que, conservadoramente hablando, pasa de los 50 mil millones de pesos y los que ahora, con la aparente ley de extinción de dominio que entrará en vigor al año de promulgada, se garantizan que las mismas no serían tocadas ni cuestionadas por el Estado.

Por semejante presentación de corrupción desde el poder y en la que muchos funcionarios del actual gobierno y del partido oficial, el Revolucionario Moderno (PRM) han dado muestras notorias de continuar semejante derrotero ilícito, de buenas a primeras, los dominicanos nos damos cuenta de que el bandolerismo de la peor especie se ha apoderado de los centros de decisión públicos y privados y debido a ello, la corrupción ha llegado a unos niveles realmente inimaginables 61 años atrás.

De ahí que, para las nuevas generaciones entre cero a 18 años, la honestidad no retribuye nada y la poca gente serie e integra como honesta que todavía existe, ha sido relegada a un grado tan ignominioso, que todas las puertas se les cierran y apenas se les deja vivir, en tanto se les tiene dentro de un ostracismo abusivo que no permite que pudieran contribuir a la mejoría de la misma sociedad y ellos mismos, a vivir con garantías y derechos propios de ciudadanos cívicamente responsables.

Nada tiene de extraño entonces, que el 95 por ciento de la delincuencia juvenil esté compuesta por niños y adolescentes entre los 10 y los 17 años y quienes a su vez son apoyados por ese amplio grupo de policías delincuentes que desde sus cuarteles en los barrios periféricos de las ciudades, permiten toda suerte de ilícitos, desde asesinatos por encargos, puntos de drogas y lo realmente poco edificante, que esa policía delincuente ha hecho de los jóvenes vendedores de drogas al detalle, una suerte de policías paralelos y quienes armados, imponen la ley y el terror en los barrios donde viven.

Hay que ver y esta es la otra cara, como los desaforados empresarios y comerciantes que se tiene y actuando dentro de los parámetros de ese capitalismo salvaje que los maniata, han impuesto una situación terrible de pérdida de derechos para los trabajadores y empleados y al grado, que si tomamos de muestras los hoteles de la zona este y sus centros de vacacionales para clase media al alta, se descubrirá la más terrible explotación de los recursos humanos, así como el incentivo para que la  prostitución a gran escala y específicamente la juvenil, haya sido entronizada en las playas de todo aquel litoral, mientras a los empleados como guardianes de seguridad y empleados en bares y restaurantes, se les imponen horarios de esclavos, les roban hasta las propinas, impiden que las leyes laborales les protejan y como ocurre en residenciales  en la franja, Verón-Bávaro-Punta Cana y Cap Cana, ni siquiera se le facilitan áreas para su higiene personal y en los lugares  que estén trabajando.

Para colmos, dentro del presente gobierno plutocrático que rige la nación, existe la impresión de que el poder solo atiende a los ricos, busca las justificaciones más inverosímiles para cubrir las necesidades de empresas y negocios y solo responde al pago de deudas del Estado y la mayoría por expropiaciones abusivas, sólo si quienes lo solicitan son allegados al poder o el PRM les debe favores económicos de tiempos de campañas electorales. En otras palabras, no hay equidad y tampoco sentido de justicia en materia de pago justo.

Realmente, es vergonzoso lo que está ocurriendo y nada de extraño tiene, que solo en los últimos 24 meses, más de quince mil dominicanos han salido huyendo hacia el exilio económico en el exterior y no menos de mil se han arriesgado irse en embarcaciones ligeras a Puerto Rico y desde el gobierno no ha habido una mano firme que garantice que semejante estado delictivo de cosas pudiera cesar y lo más terrible, ser testigos de cómo un suplidor del Estado asesina en su oficina al pasado ministro de Medio Ambiente Jorge Mera y dentro de una impunidad más que sorprendente.

Naturalmente, muchos esperamos, que ahora que el presidente Luis Abinader cumplirá dos años en el poder, de un golpe de timón ante tanto desafuero y actitudes ilícitas heredadas del terrible paso del PLD por el poder, reestructure su gobierno y en firme, haga lo indecible por iniciar el proceso de reparación moral que haga factible que los ciudadanos de clase media pobre y los de a pie, al menos tengan garantizado, que el Estado y vía Abinader, se ocupa de ellos, les protege e incentive para que progresen.

Lo que debe decirse y viendo que el capitalismo salvaje está tan enraizado, que un suplidor del Estado asesina a un ministro de Estado y no pasa nada y tal impunidad, es la herencia pecaminosa del PLD (DAG)