El Central Romana que se defienda, pues de las prácticas laborales esclavistas que se le imputan y por tales, abruman

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Decir que el Central Romana Corporation (CR) no ha pecado y por largo tiempo en prácticas laborales que borden lo esclavista y abusivo contra sus trabajadores y familias, sería mentir y groseramente. EEUU en su nuevo reclamo tiene razón y por ello, lo racional y decente debe ser exhortar a sus dueños y ejecutivos a que renuncien a sus prácticas y manejos esclavistas.

¿Por qué ha estado sucediendo esto?, porque los gobiernos que se han tenido en estos últimos 61 años han mirado hacia otro lado y mucho más desde que los dos hermanos Fanjul lograron el control y posesión del CR y de sus demás extensas propiedades de crianza de ganado vacuno y equino y las otras, de vocación turística.

¿Qué provocaba que los gobiernos dominicanos y desde Balaguer hasta el presente han sido proclives a callar sobre esas reiteradas acusaciones atentatorias contra todas las formas habidas y por haber de derechos humanos?, que esos gobiernos siempre han temido a las grandes relaciones políticas que los dos hermanos Fanjul tienen en los partidos Republicano y Demócrata y en los que se distinguen por ser generosos donadores continuos.

En este aspecto, no hay nada dentro del establishment político federal USA y hablamos del Congreso, que estos dos empresarios estadounidenses de origen cubano no logren y justo por ese lobismo a gran escala que practican, los gobernantes de este país siempre han creído que mejor es hacerse de la vista corta antes que por sus cabildeos frente los congresistas de aquel país, los Fanjul pudieran hacerles un daño a las relaciones bilaterales.

Ahora que el gobierno del presidente Joe Biden la ha emprendido contra las prácticas esclavistas malsanas del CR y prohibiendo e impidiéndoles realizar sus embarques de azúcar a territorio de aquel país, donde los Fanjul tienen su otra corporación refinadora del dulce, se hace claro que en el CR las practicas que se condenan y critican han continuado.

Por lo tanto, el problema solo les concierne a los Fanjul y el Estado Dominicano no tiene por qué inmiscuirse en un asunto entre estadounidenses. Sin embargo, como ahora esos cargamentos de azúcar quedarán a la libre, perfectamente que el gobierno del presidente Abinader podría adquirirlos y a cargo de pagos de impuestos futuros. (DAG-OJO)