Desde el momento que en la mañana de ayer, el productor del programa televisivo y como vocero oficial del presidente Luis Abinader: Aeromundo, saltó las alarmas al lanzar un fuerte ataque descalificativo contra los expresidentes Leonel Fernández y Danilo Medina y haciéndoles responsables de cualquier tipo de desorden social que pudiera sobrevenir y a su juicio, pretendiendo advertir que el gobierno no tolerará ningún tipo de alteración pública a propósito de la conmemoración de los desórdenes de abril de 1984.
De inmediato entendimos que el gobierno plutocrático no tiene respuesta creativa para enfrentar y conjurar el grave mal de insatisfacción e intranquilidad social, que ya y ostensiblemente, arropa a toda la nación. Y ante semejante como ominosa percepción, parecería entonces que todos estamos abocados a enfrentarnos a nuestros más peligrosos miedos: La desestabilización absoluta de la vida nacional y fundamentada en un manejo económico nunca a favor de las mayorías y sí para sus socios desde el gobierno plutocrático y teniendo de portaestandarte a las 38 fortunas que tienen control del Consejo Nacional de Competitividad (CNC) el verdadero gobierno tras la sombra y responsable del retroceso económico y financiero que vive esta nación y su economía, a nivel de la calidad de vida de la ciudadanía.
Por lo que el vocero presidencial “privado” dijo ayer, el gobierno plutocrático, en vez de ser creativo y buscar por lo menos la atenuación de las terribles políticas económicas y financieras, se apresta o parecería, a cometer otro gran error de enfrentar con la fuerza bruta el terrible descontento e insatisfacción social que ya no se puede ocultar.
Para remate, viene el gobierno estadounidense y lanzó el pasado miércoles 02 su guerra comercial en base a la imposición de aranceles como mecanismo de dominio y sumisión y a un país, que en vez de superávit en su intercambio comercial con EEUU lo que en realidad tiene es un fuerte déficit y ni así el gobierno plutocrático se sacude y de paso, su presidente da muestras de no entender el grave terremoto económico y financiero que a esta economía se le viene encima.
Al contrario, el presidente Luis Abinader y con unas primeras declaraciones por las que demostró, que, como economista titulado, la universidad no le enseñó nada, prefiere irse por el tema político, en lugar de haber emitido a la nación una primera declaración precautoria advirtiendo sobre lo que viene; en su lugar, quiso mejor reunirse con sus socios del empresariado: CONEP-CNC, etc. En vez de haber emitido un mensaje corto y firme y de optimismo, a una nación, que de hecho se encuentra metida en un grave retroceso económico y financiero y cuyos ciudadanos están habidos de conocer mejores políticas económicas y financieras que mejoraran su calidad y nivel de vida. Abinader y esto hay que recalcarlo, en cambio, se refugió en sus socios y para que sean ellos los que le digan lo que debe de hacer.
¿Qué debió de haber dicho el presidente?, lanzar una política de búsqueda de nuevos socios comerciales en el mundo, reactivar una fuerte política de austeridad para llevar control y punto de equilibrio al desastroso gasto público, eliminar partidas presupuestarias superfluas y como son esas de casi 25 mil millones de pesos a gastar en publicidad y propaganda y aunque no lo parezca o se entienda un riesgo, aumentar los salarios de todo el que trabaja en un 10 % y para atenuar los efectos inflacionarios del nuevo nivel de arancel.
Sin embargo, ayer se entendió que el gobierno no está en nada de lo anterior y sí en arrinconarse y prepararse represivamente para enfrentar un malestar social que ahora y ciertamente irá a peor. Y de hacerlo y aunque no se quiera decir y para que después los oficialistas no digan o acusen de que se está agitando, terminará generando una etapa de ingobernabilidad, que ni Dios que se presente podría resolver o detener.
Pero hay algo más y lo que conturba, que, como los lupanares mediáticos en las redes sociales, todos dominados por analfabetos funcionales, ignorantes de todo y gente de costumbres sociales y morales livianas, cuando esa plebe vea que sus ingresos millonarios mengüen, entrará en pánico y agitará a más no poder y con lo que se alteraría mucho más la paz social. De suceder, la única salida provisional gubernamental sería el cerrar las redes sociales y constreñir el internet y si a ese momento quiere mantener dentro de límites de cierto control la sorda rebeldía social que ya da muestras.
Y lo advertimos, si el gobierno plutocrático se ve enfrentado ante semejante escenario de disolución general y no hace ver que tiene respuestas positivas de contención sin necesidad de reprimir, encarcelar o matar, entonces su destino no estaría garantizado.
Lo que debe advertirse y dada nuestra otra preocupación, en cuanto a que, en el gobierno plutocrático, parecería que no tiene cerebros organizados que pudieran hacer frente y fríamente a un proceso de desgaste y degradación pública y social y lo otro, si ese desmadre ocurriera, ¿podría no especularse con lo posible de un amplio coro de ciudadanos insatisfechos reclamando un gobierno provisional de emergencia?
Cómo no tenemos respuestas, preferiríamos sugerir, que el presidente Abinader busque y urgentemente, alternativas pragmáticas, que sacrifique a sus socios, que racionalice y sea austero en el gasto, que amplíe los programas sociales y no con tarjetas y sí asignando a cada contribuyente y como ciudadano y padre de familia, un ingreso supletorio de diez mil pesos mensuales por padre de familia de clase media-media a pueblo y quitando todas las tarjetas de ayudas sociales, que en realidad, son el pretexto para comprar votantes y crear la alcancía electoral de su partido de cara al 2028. Si a cambio no hace nada y deja que el infierno llegue, que por lo menos reconozca que se le hicieron sugerencias de reconducción gubernativa.
¿Se entiende por qué decimos, que el gobierno plutocrático y en su incapacidad e incompetencia comete su peor error: Enroscarse en sí mismo y para intentar enfrentar una tormenta política y social que parecería no podrá neutralizar? Con Dios. (DAG) 07.04.2025
