Es difícil entender cómo un perseguido del ministerio público central y que está preso, pudiera hacerle llegar al magistrado Wilson Camacho una declaración de intención negativa que el funcionario haya entendido como amenaza seria respecto a su vida, cuando en los dos últimos años, ese ministerio público no se ha comportado todo lo firme que se esperaba en cuanto a apego a la ley y en cambio, muchos han comprobado y hasta han sido testigos de como el MP ha actuado con una vesania tal, por la que nadie tiene dudas de que se quisiera que el procesado de que se trate no salga de la cárcel o que los jueces actuantes no atiendan a sus reclamos de que se les trate dentro de las normativas jurídicas menos apegadas a la arbitrariedad y abuso de poder.
Todavía más, de acuerdo a lo que se conoce, los procesados del caso antipulpo y los dos, hermanos y ambos, con los apellidos Medina Sánchez y quienes han aguantado todo tipo de inventivas y ataques, que en muchos aspectos se entendían personales por parte del procurador anti corrupción Camacho y utilizando las vías para su correcta defensa, han solicitado libertad condicional hasta que todo el proceso que les envuelve llegue a juicio de fondo, por lo que la denuncia de Camacho, de que los procesados tienen contra él una aparente intención amenazante de hacer daño, en realidad, la veamos como un intento más de influir en las decisiones que los jueces a cargo tomen y con miras de que no se les conceda una revisión favorable de las medidas de coerción que actualmente pesan sobre ellos.
No vamos a decir más y sí enfatizar, que somos muchos que pasamos de años, como para que ahora se nos quiera meter gato por libre. De los imputados y sobre todo del varón, tenemos las peores referencias, pero ello no es óbice, para que no reconozcamos que el ensañamiento del subprocurador es todo lo opuesto de lo que se puede esperar de un funcionario de semejante nivel dentro del ministerio público central. [DAG-OJO]