Entre el fuete y el sebo

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Si partimos de la cruda realidad, de que República Dominicana y como las otras naciones del área caribeña y latinoamericana se las entiende como componentes del patio trasero estadounidense y de que en Washington siempre han asumido que las mismas son lo más parecido a vasallos de un imperio, que no tiene nada de extrañeza el súbito viaje oficial del presidente Luis Abinader a Washington y con el pretexto de haber sido invitado por la vicepresidenta Kamala Harris.

Por lo tanto, lo que del mismo resulte y si tomamos en cuenta, que cuando el rico invita a un pobre siempre es para perjudicarlo, que los dominicanos tendremos que estar con el corazón en la boca y cruzando los dedos, por el cómo resulte la visita en mención.

De entrada, los primero que hay que ver, es que parecería que EEUU está decidido a agarrar el toro por los cuernos con relación al desorden que es Haití y por lo segundo, pretende afianzar sus lazos de cooperación con este país y dada su importante posición geográfica estratégica y como pieza clave para dilucidar todo lo referente al narcotráfico y sus envíos desde Colombia principalmente hacia la nación estadounidense y otras europeas.

En este caso, a nosotros no nos sorprendería y dado que en este aspecto los lazos militares entre las dos naciones son sumamente estrechos, que, para afianzarlos, EEUU concediera el tratamiento de nación favorecida con respecto a la membresía con la OTAN y que Colombia tiene desde hace cierto tiempo.

Y que nos hace estar ojo avizor, que, en este sentido, todos deberíamos de estar mentalmente preparados y entender, que no todo cuanto se le proponga a Abinader sería pan sobre hojuelas, pues algún costo para nuestros intereses habría que tener.

Desde luego, nuestro joven presidente seguro que lleva su propia agenda y seguro también que en la Casa Blanca le complacerán en la medida que primero, él satisfaga los requerimientos que la vicepresidenta Harris y a nombre del presidente Joe Biden le propondrá.

Y que es el factor que nos hace hablar sobre el fuete y el cebo, toda vez que, si algo caracteriza a los gobiernos estadounidenses, es el demandar determinadas políticas para sus intereses y hacerlo casi siempre en términos que no dan otra opción, que el sí por el sí e importarles hacerlo mostrando la parte más dura de sus colmillos siempre afilados y desde ese punto de vista, luego que en este caso, el anfitrión se siente complacido, viene lo del cebo sobre la herida y en lo que si Abinader es astuto y creemos que lo es, podría negociar otros puntos que tuviera bajo su manga y que su anfitrión no espera.

Porque, en definitiva, debemos recordar que la esencia de la política y de cualquier política, es la negociación dentro de la transacción y que en la medida que se cede un aspecto, se trata de ganar otro y en ese toma y daca, básicamente es a lo que se circunscriben las negociaciones entre estados y ni hablar en el aspecto económico y financiero.

Véase el caso de nuestras relaciones con China Popular, pero en el aspecto del intercambio comercial, el país oriental, tanto tiene relaciones en todos los aspectos con EEUU como con República Dominicana, pero los dominicanos tenemos un fuerte déficit en nuestra balanza comercial, en tanto con EEUU se tiene una balanza equilibrada que favorece a ambas naciones.

De ahí, que si Abinader hace que el primer socio comercial le acepte intensificar las relaciones con Pekín y procurando que el país asiático se ajuste a mantener un intercambio comercial lo más parecido al estadounidense y en el que la economía nacional no pierda, muy bien que China Popular podría entender que debe empeñarse más en favorecer a un socio como el dominicano y del que hasta ahora solo ha sabido obtener ganancias y nada a cambio de otorgar en materia de compensaciones por nuestras compras al país asiático. ¿Por qué EEUU debe estar al tanto de esta relación? para que Washington no entienda que los dominicanos estamos incrementando nuestros negocios con China Popular, cuando lo que se quiere, es que el país asiático cubra el déficit que nos tiene en nuestra balanza comercial bilateral.

Incluso, comunicarle a Washington ese interés, seguro que sería bien mirado y nada objetado y si se entiende que es una información que parte de un rasgo de cordialidad y deferencia hacia nuestro primer socio comercial.

Otro punto que Abinader debe tocar en su visita de Estado, que EEUU entienda, que por el alto nivel de nuestra economía y por la misma presencia de estadounidenses de origen dominicano en aquel país norteamericano, poco que mucho, debería iniciar un proceso gradual de y en ciertos casos, ir eliminando el requerimiento de visado turístico para los dominicanos, en tanto de contrapartida, este país podría ofrecer cero impunidad para los perseguidos por la justicia estadounidense que trataran de esconderse en territorio dominicano.

Naturalmente, como medio de comunicación, ofrecemos una que otra sugerencia, nada extraño en uno que se considere cívicamente responsable y mucho más, si los intereses nacionales están por medio, pues mientras otros solo aguardan una información amplia respecto a si Biden apoyará o no la reelección constitucional que la Carta Magna autoriza a Abinader, apoyo que siempre será hijo de las circunstancias, no de que se pudiera acordar previamente, nosotros en cambio, solo creemos que debemos aportar algo a favor del encuentro mencionado y siempre dentro de un contexto de favorecer los intereses dominicanos.

Lo que debe hacerse, porque cuando se conoce, que aparte de Harris, Abinader se reunirá y prácticamente llegue, con la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, mañana con la vicepresidenta y poco después con los asesores de seguridad de Biden como de la misma Harris, no es verdad que se pudiera suponer que los temas a tocar solo que fueran normales y sí que invariablemente habría que suponer, que lo que ocurre en Ucrania y lo que EEUU espera, que en su área geográfica hagan sus denominados “aliados” sea un punto a considerar.

Por supuesto, no sería decente y tampoco practico caer en especulaciones respecto a asuntos que solo maneja el presidente y su anfitrión y por el contrario, solo enfatizar que también en este país y fuera de su gobierno, existimos otros sectores y ciudadanos que también estamos ojo avizor con lo que Abinader y Harris pacten, porque de qué algo de esto habrá no nos cabe la menor duda y que obliga a que recordemos, lo de la política imperial de fuete y cebo y como el mal menor frente a la otra de “América para los Americanos”. (DAG)