¿Quién es fascista? Este 18 de Julio es una ocasión inmejorable para pensar sobre la cuestión… Lo mejor sería acudir al gran especialista en fascismo Emilio Gentile, que en «Quién es fascista» (Alianza ed.) habla del fascismo hoy como «una ola léxica», y del uso elástico de la palabra «fascismo», más que de una realidad histórica.
Algo que ya constataba Benedetto Croce en 1944, al señalar que se estaba convirtiendo al fascismo en «un dicho simple y general de ultraje». En España, el uso abusivo del término «fascista» creo yo que puede provenir de la tradición instaurada por la Internacional Comunista, que asumió el término «fascismo» y sus derivados para descalificar a «Todas las fuerzas reaccionarias de la burguesía y el capitalismo a lo largo del mundo», como el propio Gentile recuerda.
Sin olvidar que, hasta 1935, los comunistas «consideraban fascistas incluso a los partidos socialistas y socialdemócratas». Es fascista pues «quien se considera heredero del fascismo histórico, piensa y actúa según tales ideas y métodos, aspira a llevar a la práctica un concepto fascista del Estado y la nación, y ostenta ideas, lenguaje y símbolos de dicho fascismo histórico».
Verbigracia, muchos acusan a Vox de ser «fascista» pero, según Gentile, es un partido de derecha dura «nacionalista católica», rasgos que lo asemejan a otros partidos europeos, con los que tiene a pesar de todo «grandes diferencias».
«The far Right», la derecha conservadora europea, no puede ser identificada simplemente con un supuesto «fascismo eterno». Y Gentile, que es un sabio y conoce el asunto, advierte en todo caso en este libro (ensayo muy recomendable, un esclarecedor diálogo socrático): «No podemos aceptar, por ahistórica, ‘la historia que nunca se repite pero que siempre vuelve bajo otras formas’.
Y tampoco podemos inventarnos periódicamente una nueva definición de fascismo para denunciar quién es el fascista de turno. Si hiciésemos esto imitaríamos a Karl Lueger, el popular alcalde racista y antisemita de Viena entre 1897 y 1910, que afirmaba: ‘Yo decido quién es judío’, reformulando esta declaración de otra manera: ‘Yo decido quién es fascista’…» Por: Ángela Vallvey [La Razón]