Génesis del conflicto Moscú-Kiev

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Después de la toma del te­rritorio de Crimea por fuerzas del Kremlin en 2014, surgie­ron una serie de amena­zas anónimas o no de que Rusia en un momento da­do invadiría Ucrania, quien hace frontera al este con Rusia, al este, Bielorrusia, al norte y Moldavia, Ruma­nía y Hungría, al suroeste Con Polonia y Eslovaquia al oeste.

Los habitantes de Ucrania a pesar de haber­se hecho ecos de dichos ru­mores decían que ellos y los rusos eran una especie de hermanos, que de hecho lo son. Negaban en entrevis­tas que le hacían medios ex­tranjeros que Moscú los in­vadiera, y no le dieron ese sustento de credibilidad a dichas probabilidades.

Pero antes, empezaba el despla­zamiento de tropas rusas a lo largo de su frontera, las cosas recomenzaron a cam­biar y las tropas rusas entra­ron en acción militar el 24 de febrero pasado, atrave­sando las líneas fronterizas ucranianas hasta el día de hoy. Los enfrentamientos entre ambos bandos han arrojado miles de muertos y heridos, además de una enorme destrucción de edi­ficaciones físicas y de infra­estructuras en el territorio ucraniano, y donde más de 6 millones de personas han tenido que abando­nar sus hogares y toda sus pertenecientes a otros paí­ses, principalmente al veci­no Polonia.

El pasado lunes 9 de mayo precisamente, Moscú, celebraba un nue­vo aniversario del Día de la Victoria, referente al triunfo del ejército soviético en la Alemania nazi. Millones de ciudadanos judíos fueron liberados por la entonces Unión de Repúblicas So­cialistas Soviéticas (URSS) que declararon el fin del dominio de la dictadura de Adolfo Hitler y el régimen del Tercer Reich.

La deci­sión del presidente ruso Vladimir Putin – de acuer­do a lo expresado – por el Kremlin de invadir Ucra­nia, han sido por motivos de seguridad interna, se­gún lo declaró el mismo Pu­tin, en el desfile militar del 9 de mayo. Todo esto tiene que ver también con el Pro­tocolo de Minsk, del 2014 sobre la creación de una zo­na de seguridad fronteri­za entre Ucrania y Moscú.

El objetivo de este acuerdo era poner fin a los enfren­tamientos entre soldados ucranianos y los separatis­tas prorrusos, territorios que finalmente fueron de­clarados Estados indepen­dientes (Donetsk y Luhan­sk) por Vladimir Putin, y que Occidente, igual acusó al Kremlin de violar dichos acuerdos. El resto es otra historia. Por: Juan Guiliani Cury [Listín Diario]