El affaire que se ha suscitado a partir de puntos de discrepancia entre el Intrant y la empresa Transcore Latam y a propósito de una denuncia interesada del expresidente Leonel Fernández, actuando como aparente defensor de la moral pública desde el poder opositor, pero en el fondo, respondiendo a un banquero miembro del Consejo Nacional de Competitividad (CNC) cuya esposa es comadre de sacramento de la exesposa del expresidente.
Todo se presenta, porque una parte de la alta burguesía que controla al CNC, que a su vez ya controla la mayoría de las instituciones del Estado y hasta del mismo gobierno, no ve con buenos ojos que un joven empresario especializado en inteligencia y data, tenga el control de mecanismos de control y supervisión de alto espionaje y que la alta burguesía, ahora parte del gobierno plutocrático que preside Abinader, quiere esos mecanismos para sí.
La historia es, que ya Abinader quiere quitarse de encima a ciertos socios y de ahí la formidable embestida y para lograrlo, su régimen inició un proceso gradual pero sostenido de desestabilización contra las empresas que tienen contrato de servicios otorgados por Abinader y tanto en el orden militar, de seguridad, policial y administrativo.
Quienes se sienten acosados -padre e hijo- que no son nada improvisados en las actividades que ejercen desde hace más de 20 años, empezaron a defenderse mediáticamente y aportando datos, evidencias y pruebas concretas de que cuanto las empresas hacen es por expresa disposición del gobierno y el consentimiento del mismo Abinader, pasaron a la ofensiva y de una manera, que al domingo en la noche, en el gobierno se estaba decidido a presarles y acusarles de todo lo bueno y lo malo y con miras de denunciar los contratos y después traspasarlos a determinados miembros banqueros del CNC.
Pero los acosados, se movieron rápido y en un dos por tres movieron piezas en el ajedrez que se jugaba. Por eso, el lunes, llegaba a la capital nacional, el ex director de la CIA y ex secretario de Estado de EEUU, Mike Pompeo y el panorama de golpe hubo que replantearlo.
Se convocó a una conferencia de prensa y que luego se transformó en una de información e inteligencia, por la misma y por lo que se dijo allí, a nadie le cupo la menor duda de que las empresas del joven empresario de inteligencia y data que se siente agraviado y afectado en su honorabilidad, contaban con la buena pro del alto cargo estadounidense, miembro de su cúpula empresarial y militar y conocida como el establishment.
No vamos a decir más y por la simple razón de que la pelota está caliente y ahora está en la cancha del gobierno. Pero sí queremos recordar aquella experiencia de intervención directa de un alto cargo estadounidense, el embajador, Lowell C. Kilday (11 de septiembre 1985 a 8 de agosto 1988) y quien ante el apresamiento del papá del cuestionado empresario joven que comentamos, una mañana, se presentó en el complejo carcelario y por cerca de una hora estuvo conversando con este y lo que motivó, que a horas Balaguer se desinteresara del asunto y el preso político-mediático salió raudo a su vida normal.
Por eso y pensando en ese antecedente, nos preguntamos: Y ahora, ¿sucederá igual? (DAG-OJO)
