Evidentemente, que la actual Primera Dama, Raquel Arbaje de Abinader, muestra que no tiene una idea exacta de cual es su función de protocolo dentro del organigrama que tiene que ver con el Poder Ejecutivo y que estrictamente, se circunscribe a lo protocolar y esperándose de ella, que se preocupe por alentar labores sociales y humanitarias y no que las dirija, pues ella no es funcionario público.
Pues si fuera así, no habría caído en la imperdonable torpeza, de plantear, que, con el ascenso del nuevo jefe policial Then, ella alentaba que este impusiera “la macana” como manera expedita para que se recupere la seguridad ciudadana, afectada sin duda por las mismas irregularidades que hasta ahora han caracterizado a la Policía Nacional.
Al pronunciarse de semejante forma tan alarmista, la primera dama no le hizo ningún favor a las políticas de reorganización policial que ha emprendido con mucho vigor, entereza y buen juicio, su esposo el presidente Luis Abinader, toda vez que ahora y si surgieran los previsibles muertos por intercambios de disparos, políticamente, ella se la vería como la responsable de alentar semejante tipo de excesos. Debería tener cuidado la próxima vez que se exprese y, sobre todo, consultar con su esposo. (DAG)