La reforma de la Policía La reforma de la Policía

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Hace mucho tiempo, desde diferentes gobiernos, se viene hablando de la necesidad de reformar la Policía Nacional. 

Recuerdo que se llegó a aprobar una nueva ley orgánica de la policía, que procuró restarle autoridad a la Jefatura de la Policía Nacional, cambiándole el nombre por Director General. Todo en una supuesta destrujillización de esa institución del orden.

Lo dije antes y lo repito hoy, En un país en que la delincuencia está armada, es atrevida y violenta, es un error desmoralizar la Policía Nacional como cuerpo del orden, por abusos aislados que puedan cometer contra ciudadanos algunos agentes y oficiales.

La mayor reforma de la Policía Nacional es una constante profilaxis Interna.  Sacar las manzanas podridas y sobre todo castigar ejemplarmente a los miembros que cometan abusos o atropellos contra ciudadanos.

Tendrá que ser una labor constante, porque en un cuerpo armado con 40 mil hombres ejerciendo labores de policía, con una población de millones de habitantes, siempre habrá posibilidad de excesos o acciones indecorosas de algunos. Lo importante es que desde arriba esas inconductas no se apoyen ni se toleren, ni se protejan, lo que estoy seguro pasa en la actualidad con las autoridades de turno.

Otra de las cosas que el Presidente Abinader debe tener muy en cuenta, es que quienes de buena fe le asesoren en materia de reforma policial sean personas que conozcan la realidad de RD y no ciertos teóricos de la sociedad civil, que saben muy poco de esa materia, más que el figureo en medios de comunicación.

Creo que conocer la realidad de nuestros barrios, la alta incidencia de delincuencia y microtráfico de drogas es fundamental para poder entender la situación que viven esos agentes de esas patrullas, que andan haciendo su labor en calles oscuras hasta altas horas de la noche y que muchas veces son enfrentados de forma violenta por la delincuencia. Muchos agentes y oficiales caen abatidos, sin tener la suerte de solidaridad y reconocimiento social que merecen.

Vamos a invertir en la PN, a profesionalizarla, a fortalecer su Departamento de Asuntos Internos para castigar las desviaciones de conducta.

Pero defendamos siempre el cuerpo del orden como institución. Si se nos desmorona el cuerpo y sus miembros se avergüenzan de ser policías, la delincuencia cada día más creciente y agresiva se adueñará de este país. Por: Vinicio A. Castillo Semán [Listín Diario]