En las calles de Puerto Príncipe, un bandolero de nombre Jimmy Chérizier, alias Barbecue, encabeza el grupo armado más poderoso de Haití, el G9 an Fanmi e Alye.
Este señor es quien determina si hay gasolina o no, si se trabaja o no, si se secuestra gente o no, si hay actividad delictiva o no en la capital haitiana y en otros territorios.
En fin, el señor Barbecue es hoy la única figura con poder real en la convulsa vecina nación, no hay que tapar el sol con un dedo; parece que cualquier solución al caos haitiano pasa por él.
Barbecue es el típico ejemplo de las ideas erróneas que suelen ejecutar Estados Unidos y la ONU, centradas en eliminar los ejércitos y las policías de raíz, lo que manda a las calles a miles de personas armadas y entrenadas que se ven sin modo de vida, por lo cual recurren a la delincuencia como sustento.
En Haití, hoy, la única solución posible a la crisis pasa por las bandas, sea trabajando con ellas o combatirlas. Como andan las cosas, luce que la primera opción es la más viable y sentarse a dialogar con Barbecue podría no ser mala idea, pues no es nada que no haya pasado antes. Por ahí hay una ruta, todo está en que alguien se atreva a tomarla. Por: [Dirección Diario Libre]