Si Haití nos compra productos dominicanos por mas de 700 millones de dólares cada año, lo menos que podemos hacer es compensarle cubriendo los costos de salud de sus ciudadanos y parturientas en particular y lo que se convierte, no en un gasto y sí en una inversión.
Por lo tanto, que las parturientas haitianas nos cuesten sus atenciones médicas y clínicas diez mil millones de pesos por año, tenemos que verlo como una inversión y ni siquiera como un costo ominoso, ya que los casi 44 mil millones de pesos que gastan en nuestros productos y por año, compensa ampliamente la cobertura médica a sus parturientas.
En este sentido hay que dejar atrás la mentalidad mezquina y sacaliñosa de los fanáticos anti haitianos que nos gastamos y quienes no soportan, que sea por sus compras o por su aporte como mano de obra, Haití no nos significa absolutamente ninguna carga económica o financiera. (DAG-OJO)