Muchos y cándidamente, creen que la inestable situación bélica entre la Federación de Rusia y Ucrania tiene que ver básicamente con la supuesta pretensión rusa de apoderarse de la primera nación eslava, que por derivación es la pieza fundamental del nacimiento de Rusia.
Sin embargo, esa no es la realidad y la que hasta ahora ha sido ocultada por la feroz propaganda mediática occidental que ha hecho creer lo que no es y cómo el único medio de ocultar la pretensión imperial de EEUU, quien en el 2014 entendió que debía propiciar o promocionar un golpe de Estado contra el gobierno legal ucraniano y como la única manera de convertir a Ucrania en lo que ahora es, un protectorado estadounidense en el corazón de Europa del Este.
Hubo entonces la materialización del golpe de estado, que era dirigido desde Kiev por la subsecretaria de Estado estadounidense, Victoria Nuland, quien fuera viceconsejera de seguridad nacional y que fue implementado en base a una serie de manifestaciones anárquicas en el centro de Kiev, que propiciaron la caída del presidente Víctor Yanukovich en el 2014 y quien fue el cuarto presidente del país y después que este se independizó de la desaparecida Unión Soviética.
Breve repaso histórico: Para el 21 de noviembre de 2013 ocurrió la llamada Revolución Naranja que propició y apoyó EEUU y la Unión Europea y con el pretexto de que el presidente declaró nulo el acuerdo de Ucrania con Occidente. A partir de ese día y durante los siguientes tres meses, Ucrania fue colocada al revés, muriendo cientos de vidas y con una amplia destrucción de infraestructuras.
El presidente escapó del país y se refugió en Rusia y desde ese momento, EEUU logró el control directo de toda Ucrania, concretamente desde el 24 de febrero de 2014 y el que desde entonces ejerce mediante gobiernos y políticos títeres.
El Euromaidán significó la entrada brutal de EEUU y la UE, al dominio inmediato de la soberanía, territorio e infraestructuras y comenzando por la instalación de cerca de 58 laboratorios de creación de armas biológicas, de las que posteriormente, se supo que contaban con la aprobación del entonces senador Joe Biden y bajo tutela de su hijo mayor.
Ahora y como presidente, Biden, ha hecho lo imposible para que el país no escape a control estadounidense y al extremo, de que ha incentivado una guerra territorial abierta y a resultas de que Rusia invadió el país el 24 de febrero de 2022, por razones de sobrevivencia y para garantizarse su soberanía.
Por lo que se está viendo, el presidente Biden y a dos meses de entregar el poder en enero 21, pretende imponer una escalada mayor en el conflicto bélico, propiciando que el gobierno títere de Zelenski disponga de armas de gran alcance, más, 170 mil millones de dólares en ayudas de equipamiento militar de toda especie y lo que ha estado haciendo con apoyo tácito y militante de Bruselas.
Es decir, Washington no quiere que el conflicto cese, por lo menos hasta que Zelenski ganara la guerra y es la razón por la cual, ahora los mercaderes de la muerte o señores de la guerra estadounidenses y sus aliados de Reino Unido y Unión Europea, se han ido más allá de los prudente a favor de una Ucrania, que en manos de Zelenski, no es precisamente la mejor opción para que el país se proteja a sí mismo.
Sin embargo, ocurrió que vinieron las elecciones estadounidenses de principios de este mes y las que ganara aplastantemente el expresidente Donald Trump, quien es un empecinado opositor de la guerra y para que desde Washington se iniciara el terremoto político que ha hecho que el gobierno de Biden, de connotaciones de estar decidido a oponerse a su instalación en enero y de ahí que ahora y por asuntos internos, Biden no solo que trata de impedir el ascenso de Trump sino que abiertamente está propiciando una escalada en la guerra que impida que el independiente republicano jure como presidente en enero 20.
Se tiene entonces un panorama de ampliación del conflicto y con una UE decidida y como satélite de EEUU, de hacer lo imposible porque la guerra devenga en una mucho más amplia y sin importar el riesgo de que pudiera culminar en una guerra nuclear de alcance regional y tal como la que propició EEUU al bombardear a Japón para los años cuarenta del pasado siglo al tirarle dos bombas atómicas que tuvieron efecto regional y que cerró la segunda guerra mundial.
Aun así y en esta ocasión y ya con el intercambio de misiles facilitados por EEUU, Reino Unido y la UE a Ucrania para que bombardeara al mismo territorio ruso por lo menos en un diámetro de 300 kilómetros a partir de la frontera, parecería que la situación bélica pudiera agravarse y que Rusia y si se llegara a sentir acorralada, seguro que podría desatar un infierno por el que, Ucrania desaparezca o que Europa entre a una ensayo de tercera guerra mundial y con un EEUU que la habría propiciado en extremo y que fue la razón por la que recién, Rusia lanzó y como aviso de atención un nuevo misil balístico hipersónico que ninguna defensa occidental puede detectar.
De esto ocurrir, la ampliación de la guerra, un país isleño como República Dominicana en el centro del Mar Caribe podría experimentar ciertos efectos, si Rusia y EEUU se deciden por confrontarse en las rutas marítimas desde el Mar Caribe al Océano atlántico, donde tanto uno que otro país tienen vigilancia permanente con sus submarinos atómicos y de lo que se conoce que hace dos días uno y ruso llegó a Cuba, mientras tres países aliados de Rusia, Venezuela, Cuba y Nicaragua y si las circunstancias lo impulsaran, seguro que se verían arrastrados a cierto tipo de confrontación.
Mientras tanto. Venezuela y Rusia tienen pautado para la primera quincena de enero, una especie de “ejercicios militares”, que, si los vemos dentro del contexto actual, perfectamente que pudiera significar un cierto principio de escalada bélica regional que pudiera tener efectos no deseados para República Dominicana.
Hasta ahora, ni el gobierno de Abinader y menos el liderato político, social y económico dominicano, no han prestado atención a esta probable situación bélica regional y lo que es de alarmar, pues de suceder una situación de guerra a gran escala de EEUU contra Rusia y al ser este país un estado vasallo de EEUU y el que le ha dado facilidades para que los buques estadounidenses así como sus soldados del Comando Sur se instalen “momentáneamente” en el territorio nacional, no debería dudarse de que pudiera ser clasificado como nación enemiga de Rusia y sus aliados.
En definitiva, lo que estamos viendo y muy alarmados, es que los mercaderes de la muerte y su tercera guerra mundial contra la humanidad, y aunque no lo parezca, tienen en la mira a la nación dominicana y que, conociendo el servilismo y dependencia del dominicano hacia EEUU, pudiera significar que el territorio nacional fuera la base de una escalada guerrerista en el centro del Caribe Central. Con Dios. (DAG) 22.11.2024