El venezolano de origen colombiano, abiertamente decidió enfrentar la guerra de propaganda que contra él se libra desde EEUU, haciendo uso del expediente de robarse las elecciones pasadas y también gracias a una oposición que nunca fue tal y solo sí desorganizada en extremo y sin dirigentes de credibilidad. Ahora va camino al 10 de enero para tomar posesión como presidente legal.
Mientras el dominicano de origen libanes y permitiendo que el PRM hiciera uso de todos los recursos del poder, compró votos y conciencias y al extremo, de que, si bien su propaganda hablaba de que ganaría con un 70 % de los votos emitidos, en la realidad apenas llegó a un 52% y en unos comicios, en el que el 55 % de los votantes se abstuvo de concurrir a las urnas.
De los dos, Maduro ha llevado la peor parte, pues hay toda una corporación global de propaganda en su contra, mientras Abinader tiene a su favor la bendición abierta de EEUU y al ser considerado como un lacayo de Washington y por lo menos hasta el momento, el factor mediático le trata con indulgencia.
Pero, a fin de cuentas, al final, los dos presidentes, no que se saldrán con la suya, sino que las circunstancias y como nunca, determinarán los destinos de sus respectivas administraciones. Con Dios. (DAG-OJO)