Hace tres días, el primer ministro de Haití, Garry Conille, sostuvo una reunión de 15 minutos con el presidente Lula da Silva de Brasil en la sede de la ONU donde ambos coincidieron por los trabajos de la 79 Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas y la que hubo un momento que quiso ser interrumpida por la sorpresiva visita del miembro del Consejo Presidencial de Haití (CPT) Leslie Voltaire, quien llegó allí en calidad de representante del presidente de esa entidad, Edgar Leblanc Fils y el que en derecho, exigía su participación y lo que le fuera negado.
Sin embargo, ayer, el presidente de hecho y derecho de Haití, Leblanc Fils, ocupó el pódium de la Asamblea General y emitió el discurso de rigor a nombre de su país y en su calidad de presidente de Haití, desplazando de ese modo al primer ministro Conille, que se suponía era el jefe de gobierno.
¿Qué ocurrió?, Antes de salir de su país, Conille pretendió evitar que Leblanc Fils fuera a Nueva York y para lo que elaboró una estratagema, por medio de la cual y por un supuesto “percance burocrático” en la expedición del boleto de viaje, llegó primero que Leblanc Fils a la ONU y el 23 tuvo su reunión con el presidente brasileño y en calidad de supuesto cabeza del gobierno haitiano.
Por este inusitado traspiés, Conille se encontró y aun estando en Nueva York con lo que se podría llamar una especie de “golpe de Estado técnico” de parte de los demás miembros del Consejo Presidencial y que fue la razón, de que a la ONU se presentó Leblanc Fils hablando ayer a nombre de Haití.
En la práctica, lo que quedó fue una situación lo más parecida a que Conille pretendió boicotear a Leblanc Fils y debido a lo cual, se supone que hoy Conille estará de regreso a Puerto Príncipe y esto así, porque para el Consejo Presidencial, él no tiene que ocuparse de los asuntos diplomáticos y si el presidente del Consejo en su calidad de jefe de Estado.
Resuelto el impasse, Leblanc Fils pronunció su discurso y por el mismo y de cara a los intereses dominicanos, elogió la participación de EEUU a favor de su país, pero en ningún momento reconoció la política dominicana a favor de Haití y lo que se entendió como una grosera negativa y descortesía en contra de las políticas y esfuerzos dominicanos a favor de Haití y en la práctica, un duro desaire, a un presidente Luis Abinader que ha tratado de erigirse en vocero de la comunidad internacional en lo relativo al país transfronterizo.
La situación pinta pues, que en Haití existe por lo menos una seria pugna entre los miembros del Consejo Presidencial y el todavía primer ministro, por lo que de prudentes debería de ser, que, al no existir de hecho un vocero válido del gobierno haitiano ante la comunidad internacional, el gobierno dominicano debería de recogerse y esperar cuáles serán los próximos pasos de un ensayo de gobierno provisional, del que todavía nadie ha escrito el último capítulo.
De cara al presidente Abinader, este debería entender que la actuación inamistosa de Leblanc Fils al solo darle las gracias a EEUU “por su solidaridad” y sin que sobre este particular no tuviera una palabra al ejercicio de solidaridad sin límites que República Dominicana y sin importar gobierno le otorga al país transfronterizo, indica lo que ya nosotros hemos planteado, de que efectivamente, el Haití oficial se encuentra en guerra contra el gobierno y el pueblo dominicanos y lo que por vía de consecuencias, debería obligar a que Abinader reevalúe su política frente Haití y lo más importante, que debería colocar en veremos la parte de esa política que tiene que ver con los agentes diplomáticos de la ONU en nuestro país y quienes por lo visto y por encomienda de su secretaría general, su política es deliberadamente inamistosa hacia su gobierno y nuestra nación.
Mientras tanto y en materia de la política nacional, Abinader interrumpió su visita a la ONU y regresando anoche un día antes de lo pautado. ¿Qué señal ofrece? Que quiere supervisar todo lo relativo a su proyecto de reforma constitucional que cursa en las cámaras legislativas, donde él y violentando la Carta Magna, controla absolutamente.
Lo que se conoce, es que el PRM aplicará su rodillo y su mayoría de senadores y diputados aprobarán su proyecto de reforma, pero por lo visto, olvidando, que es la Asamblea Nacional Revisora la que tiene la última palabra sobre este particular en donde la debilitada como limitada oposición deberá de jugar su rol contestatario y lo que de acuerdo a lo que supimos anoche, solo se limitará a presentar un “conveniente” informe disidente y que de suceder, a razonamiento a contrario, nos dice, que el liderazgo político opositor y con los expresidentes Danilo Medina y Leonel Fernández y aunque no lo parezca, están en contubernio con Abinader y para presentar un proyecto de reforma constitucional, que para nada beneficia a la institucionalidad.
Sobre el particular, la atrapada opinión pública se encuentra dividida, por un lado, el aparato de propaganda gubernamental y sus agentes periodísticos, comunicadores e influenciadores y por el otro, la parte de la opinión pública que es contestataria a semejante proyecto y que pelea y se hace sentir desde la parte independiente de los lupanares mediáticos en las redes sociales.
A nuestro modo de ver, Abinader se impondrá, pero su victoria será pírrica a mediano plazo y lo que se acentuará a más, viendo como ministerios y despachos del gobierno, sus incumbentes se tiran a matar.
¿Ejemplo?, el ministerio de la Mujer, abogando públicamente por la especie de “fusión mediática” o “haitianización” en materia de imagen cercana entre dominicanos y haitianos y lo que de suyo es una aberración, o el Ministerio de Interior y Policía, desautorizando al presidente de Indotel en lo relativo a colocar bloqueadores electrónicos en las cárceles para que la parte activa de la delincuencia allí no continúe por medio de sus celulares, con sus desmanes y ordenanzas y para que sus lacayos fuera de las cárceles continúen sus asaltos y depredaciones contra la ciudadanía o lo otro, de haber lanzado y con el pretexto de “imponer la paz”, una ola policial represiva propia de un estado policiaco y donde la autoridad ve en cada ciudadano a un enemigo.
Al mismo tiempo, lo sorpresivo: Unas fuerzas Armadas cuyos miembros trabajan tres días a la semana y cobran los siete o que la mitad no hacen los trabajos propios de salvaguarda institucional y sí que son parte activa en toda fase de enriquecimiento ilícito o corrupción desde el poder y de la policía ni se diga, donde apesta la delincuencia de uniforme.
Mientras tanto, existe la desagradable impresión de que en el gobierno todo anda manga por hombro y que es la razón del por qué el nivel y calidad de vida de los dominicanos ha disminuido sensiblemente, pero no así entre los altos cargos gubernamentales o entre los socios del gobierno plutocrático de Abinader y comenzando por la parte de la burguesía haitiana a la que le ha facilitado el monopolio de la distribución de los combustibles a nivel nacional y lo que conllevó el asesinato “a cargo de un tercero”, de nada menos que el ministro de Medio Ambiente, Orlando Jorge.
Se observa, además, el tufo de entramado delincuencial del monopolio de los semáforos o de la expedición de las cédulas de identidad electoral o el otro de los transformadores a cargo de allegados directos del presidente o los intentos de contrapeso negativo que le ha caído al gobierno desde el control de medio gobierno que tiene el expresidente Hipólito Mejía.
Y cómo si lo anterior no fuera bastante, queda lo del aire especulativo de la fortuna personal de Abinader, quien en el 2019 declaró a un programa televisivo en EEUU, que su bienes y activos no pasaban de dos millones de dólares y ahora resulta, en el 2024, que en la Cámara de Cuentas hay depositada una declaración suya, por la que sus mismos bienes y activos pasan de los tres mil millones de pesos, más de doscientos millones de dólares.
¿Tenemos o no razón, cuando planteamos, que mientras en Haití el Estado no tiene un interlocutor válido, aquí el gobierno está manga por hombro y Abinader no está haciendo su trabajo? (DAG) 27.09.2024