Ministerio Público

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La entrevista que la directora de Diario Libre, Inés Aizpún, hizo a la procuradora general Miriam Germán, es un intercambio que debe ser leído y releído con mucha calma por aquellos que creemos en tener una administración de la justicia eficiente e independiente.

Hay tantas entrelíneas ahí, que no hay que dejarlos pasar por alto, comenzando por la evidente resistencia de los fiscales a ser evaluados en su desempeño, un tema que evidentemente tiene muy frustrada a Miriam Germán. También está la seca relación que sostiene con los más mediáticos de sus fiscales, Yeny Berenice y Wilson Camacho, que no fueron mencionados por ella entre aquellos que le han hecho compañía cuando se ha sentido sola.

Decir que se ha sentido sola en su silla es una declaración muy fuerte, muy fuerte, como lo fue el expresar su sorpresa por la oposición de los fiscales a evaluarse.

Y encima, anunció tranquilamente su intención de entregar el puesto en el 2024, cuando acaba este gobierno, lo que implica que no estará disponible para ocuparse del Ministerio Público en otro mandato.  

No hay que desestimar la escueta y fría referencia que la magistrada y el presidente Luis Abinader hicieron el uno del otro en sus respectivas instancias. Ella al referirse a “ese señor” cuando se le preguntó si el presidente Abinader respetaba su espacio y él al despachar con una escueta declaración la posibilidad de perder a su cabeza del Ministerio Público si es reelegido. Creo que pudo haber más cariño de una parte y de la otra, sin que se pasen las fronteras de la independencia en la justicia.

Si a esto suma el contexto, del cual se desprenden comunicaciones muy duras de Miriam Germán hacia su personal, de la pelea entre algunos fiscales con algunos jueces, de las modificaciones a coerciones en casos grandes, de las acusaciones que se esperan y no se dan, pues es evidente que algo pasa dentro de las paredes del Ministerio Público que requiere de atención urgente.

Lean de nuevo esa entrevista y entiendan las entrelíneas, porque en ellos están las rutas a posibles soluciones. Por: Benjamín Morales Meléndez [Diario Libre]