No es música, es ruido

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El ruido genera violencia. Los efectos nocivos a nivel de la salud física y mental están más que documentados y se hace referencia a ellos cada vez que Diario Libre recoge las quejas de nuestros lectores.

El ruido -y la música a un volumen inadecuadamente alto es ruido- genera violencia. Violencia acústica, la catalogan los especialistas y lo que estamos viviendo en la República Dominicana debería ser un problema de atención urgente por parte de las autoridades.

Esa es la primera queja: no hay nadie que responda eficazmente ante los problemas que genera el ruido.

Hay leyes, pero no una autoridad que las haga cumplir. ¿Por qué no crear una unidad anti-ruido? Si Medio Ambiente no puede, si el 9 1 1 no puede, si la Policía mira para otro lado… ¿no es hora de pensar en abordar el problema de otra forma?

Música, le dicen, mientras destrozan la convivencia alterando la vida diaria del que sufre una agresión acústica en toda regla. Locales no insonorizados, colmados discoteca, carros (con conductores que deben ser sordos) presumiendo de equipos. Paseen por El Conde, cada local con una música más alta que el de al lado, en competencia. Vecinos que parecen no dormir nunca, grupos en los parques con radios invadiendo el espacio de los demás.

El ruido, y la música alta es ruido, genera ansiedad, desórdenes en la presión, irritación, falta de sueño, imposibilidad de concentración… El ruido que nos rodea nos está enfermando. Es un problema real y grave que irresponsablemente se quiere zanjar con un “somos así”. Pero no, no somos así.

Los que estudian la cultura de la violencia que se ha instalado en la sociedad, pueden analizar el ruido como generador de conflictos que acaban en tragedia. Por: Inés Aizpún [Diario Libre]