martes, febrero 11, 2025
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No es nada bueno para la salud institucional de la República que tantos en las redes estén pregonando que el gobierno se va a caer o que lo van a tumbar. Habla pésimo de quienes así se expresan

Que alguien diga que no se encuentra a gusto con el giro que ha dado el gobierno del presidente Abinader y del PRM, en modo alguno se equipara a que desde los medios se pretenda hacer entender que el régimen tenga que ser satanizado y al extremo, de que muchos entiendan que en cualquier momento pudiera colapsar.

Y lo que debe puntualizarse, porque si en 63 años de “democracia” a la dominicana, en la que prima la tiranía de los partidos políticos en contra de los ciudadanos, muchos ciudadanos y por no haber actuado con responsabilidad cívica y si con mucha ligereza personal y debido a que se dejaron sonsacar por la corrupción reinante, ahora que notan que su ingresos menguan sensiblemente, venga a darles el desenfreno propio del irresponsable, de que porque nada le va bien, quisiera que todo se fuera a pique o abajo y solo porque han sido parte del desorden que ha impuesto el PRM, mal e institucionalmente  hay que entender, que muy pésimo está este país.

Debe advertirse y porque si los medios de comunicación y de información de masas y en particular los de opinión ligera en las redes sociales, donde comunicadores de tres por cuatro desbarran todos los días y perdiéndose la decencia, el sentido común y las buenas costumbres, entonces se estaría a las puertas de un desenfreno y anarquía mayor y como no se había experimentado.

Desde luego, tampoco es que nos ceguemos y no nos demos cuenta, de que el principal autor responsable de todo este desenfreno social es el mismo gobierno y su partido y por su manera tan atropellante, demagógica y abusiva de gobernar. Pero ello y por nada del mundo justifica, que, en líneas generales, el periodismo se hubiese convertido en la tribuna de esa especie de neo golpismo mediático, que con fuerza avasallante es tan obvio que se manifiesta indebidamente.

Pero al César lo que es del César, comunicadores y periodistas “de nueva generación”, de lenguas afiladas y manos avarientas de riquezas, realmente han prostituido el ejercicio de la palabra y para no hablar de cómo se está afectando el accionar o desenvolvimiento de la opinión y lo grave, que más del 80 por ciento de los medios en las redes sociales y en la radio o la televisión son financiados por el narcotráfico, el lavado de activos e independientemente al financiamiento publicitario del gobierno como del empresariado.

Porque también está lo otro y que debe decirse, que los dueños de la concentración de medios en pocas manos y todos, empresarios y banqueros millonarios que han aprovechado sus posiciones de influencia y poder para enriquecerse innoblemente y haciendo tabla rasa de leyes y normas, metiendo furgones de mercancías sin declarar o evadiendo el pago al fisco y convertidos en verdaderos instrumentos ilícitos de lavado de activos a gran escala, mientras desde sus medios fomentan la disolución social, la depravación sexual y la destrucción de las familias, más ese desastre de destrucción moral que fomentan con el único propósito de que la juventud se prostituya por todas las vías y con su expresión “colorida” mayor, de los teteos y los puntos intocables de drogas en los barrios de las ciudades, por lo que necesariamente haya que llamarles la atención a todos esos supuestos barones mediáticos.

Todavía más, al mismo presidente de la República hay que enrostrarle, que es verdad que ha vendido la República y sus instituciones a los ricos y que por eso su gobierno se ha convertido en uno plutocrático compuesto por ricos dominicanos y también ricos haitianos y dado que Abinader da la impresión de que no ha querido o no ha podido imponer la autoridad del Estado y para no hablar de la suya que dimana del cargo que ocupa. ¿Acaso las existencias del Consejo Nacional de Competitividad (CNC) o el grupo que controla las finanzas y administración de la policía, no lo demuestran?

¿Cómo puede ser y esto, lo otro tan vergonzoso, de que este gobierno solo está atento a ver las formas y maneras de estar bien con el estadounidense y dando la desagradable impresión, de que sería capaz de hacer lo que fuera y con tal de no perder el favor de Washington y evidenciando, además, que es un lacayo del presidente Trump y anteriormente de Biden?

Entonces y viendo esta realidad, ¿Cómo insistir pidiéndole a los ciudadanos y a las fuerzas vivas, que influyan para que ese periodismo golpista de ahora no continúe con esa especie de comunicación sin freno ni ataduras morales y menos de respeto a las leyes y a la Constitución y si del lado del poder también se hace otro tanto?

En este sentido, consideramos, que desde el Poder Ejecutivo debe venir una amplia, decisiva y cortante iniciativa de recomposición institucional moral, pues de lo contrario, el golpismo mediático, al final habrá logrado desarticular y destruir las instituciones.

También hay que criticar a las iglesias y todas y tanto la cristiana católica o las cristianas evangélicas, ahora penetradas y afectadas por oenegés disfrazadas de promotoras de cultos, que a su vez son estructuras de espionaje estadounidenses y dirigidas a socavar la vida dominicana. Unas, promocionando la entrada ilegal de miles de haitianos ilegales y otras, parte del entramado del narcotráfico y financiadas ampliamente y ahí se tiene a los Testigos de Jehová, o las tantas supuestas iglesias estadounidenses que han crecido como la verdolaga, verdaderos ventorrillos de amoralidad absoluta o ese enclave hasta ahora clandestino, de islamismo proveniente desde el occidente de la isla y a punto de inaugurar una gran mezquita en la zona este y en concreto, en Verón, provincia de La Altagracia.

¿Por qué está ocurriendo toda esta disolución social?, porque el gobierno es cómplice y no hace su trabajo de defensa de los valores morales y la dominicanidad, pero de ahí a pregonar que habría que tumbarlo, nos parece de una ligereza impropia de ciudadanos y un país en el que la institucionalidad se respete.

Estamos iniciando febrero y para el jueves 27, el presidente Abinader deberá pronunciar su discurso que englobe el estado general del Estado como de la nación. Lo lógico sería,  que se sincerara con la República, tome las medidas pertinentes para la reorientación general de la ciudadanía y la sociedad y lo más importante, que invite a los tres expresidente de la República quienes realmente son sus socios ocultos en el desmadre que está ocurriendo y para que los comprometa y los obligue a entender, que junto con él, los cuatro no pueden continuar socavando las instituciones y al utilizar abusivamente la dictadura partidocrática que crearon o de la que son parte ejecutora y ahora, con la pretensión de oponerse a que los electores puedan votar y tener candidaturas independientes a las de los partidos.

Con todo, sí hay que enfatizar, que mientras el periodismo sea golpista y los comunicadores en las redes sociales sean unos difamadores profesionales que están destruyendo el alma nacional, será difícil que el gobierno pudiera reencauzarse y menos, cuando es el mismo gobierno y el poder económico quienes directamente son los responsables del actual estado de cosas que se vive.

Por eso entendemos, que no es nada bueno para la salud institucional de la República, que tantos en las redes estén pregonando que el gobierno se va a caer o que lo van a tumbar. Habla pésimo de quienes así se expresan. Con Dios. (DAG) 01.02.2025

 

 

 

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