Plantear que el presidente en funciones no haya resultado ganador licita y legítimamente, sin duda sería un gran exceso, al fin y al cabo, Abinader hizo lo que se esperaba de él, ganar y por encima de cualquier voluntad en contra y no obstante que a la JCE anunciar su triunfo, lo hiciera cuarenta y cinco minutos luego de las 08:30 pm que era el tiempo marcado para solo ofrecer el 20 % de los resultados iniciales, aunque es de apreciar, que esa celeridad refleja el excelente trabajo organizativo del tribunal de primera instancia electoral (JCE).
Pero más sorprendente fue conocer, que a la hora de la apertura de resultados y antes de ofrecer Abinader su alocución de triunfo, el expresidente Leonel Fernández como el excandidato presidencial del PLD, Abel Martínez, habían felicitado al ganador y lo que a razonamiento a contrario sorprendió, porque nunca había ocurrido que una hora luego de iniciado el conteo inicial, ya se declarara ganador el candidato presidencial de que se tratara.
De entrada, lo que nuestros lectores deben saber, es que y en términos generales, las maquinaciones de Danilo, el cálculo pérfido de Leonel y el arrojo de Abinader, han sido los factores determinantes para la celeridad en conocerse unos resultados que desde hace un mes se estaban augurando que serían aplastantes a favor del presidente en funciones y que no había empleado público y desde mucho antes, hablamos de un millón de personas de las que de cada una dependen tres adultos en edad de votar, que se le preguntara quien a su juicio ganaría los comicios y todos, en privado y públicamente, expresamente enfatizaran en el críptico: “ellos se quedan”.
Es decir, la atrapada opinión pública ya estaba condicionada, que no obstante el voto que emitiera y en cuanto a que el ganador ya estaba señalado. Y lo que significa, que indudablemente las cartas estaban marcadas.
Ayer se repitió el fraude colosal que el PRM y el gobierno dieron en febrero y con el mismo, dándole un golpe demoledor a la libertad de escogencia ciudadana, la que condicionada previamente por la apabullante propaganda masiva que se desprendía desde la mayoría de los medios de comunicación y de información de masas y la mayoría en las nóminas oficiales, así como desde el aparato de propaganda oficial, no dejaba duda alguna de hacia donde se dirigían las autoridades.
En este sentido y solo hay que ver las imágenes del momento en que se anunció el triunfo de Abinader y los anuncios de las felicitaciones de Leonel y Abel, que, por la incredulidad de los presentes y quienes evidentemente recibieron en shock y por lo desusadamente sorpresivo de la proclamación del triunfo presidencial la ¿buena nueva? Y con la que es indudable que la partidocracia, el pandillerismo político y mediático en su expresión más sucia, había logrado retener el poder político absoluto por nueva vez.
Así las cosas, y por lo pronto y coincidiendo con análisis anteriores, las elecciones presidenciales y legislativas arrojan el inicio de la recomposición de un nuevo liderato político a nivel nacional y preponderantemente en tres ciudadanos: Abinader, Abel y Omar.
Abinader y con 57 años, Abel con 52 años y Omar con 33 años, desde ahora son los indudables referentes del nuevo liderato político que marcará los tiempos de los próximos 20 años, mientras desde ya empieza a presentarse el declive de los viejos lideratos: Leonel, Danilo y todos sus asociados políticos, metidos desde ahora en el baúl de los recuerdos.
Lo anterior quiere decir, que ya no tiene sentido machacar por los errores y fallas de bulto que se dieron en el proceso electoral que ya y de hecho ha terminado y menos, cuando una población emocionalmente agotada busca las vías y los medios para recuperarse del impacto que le ha presentado el gran giro político generacional.
A todo esto y que los oficialistas deberían tener muy en cuenta, que el Abinader que se instalará de nuevo en la poltrona presidencial para el periodo 2024-2028, no es el Abinader que en la actualidad se encuentra en la presidencia en funciones. Este es uno nuevo, que hará un gobierno a su imagen y semejanza y no a la del PRM, por lo que los cambios de forma y de fondo los perremeístas deben de esperarlos y no extrañarse.
Al fin y al cabo y no fue de gratis, que Abinader y rememorando a Balaguer, dijo anoche que con su triunfo está comprometido con la nación y no con nadie en especifico y que a nuestro modo de ver, abre la puerta a cambios trascendentes en la composición del nuevo gobierno y hay que enfatizar, que los cambios también llegarán a los periodistas y comunicadores y medios en internet y en las redes sociales e igual en los medios tradicionales quienes hasta hora fueron excelentemente bien pagos con 8 mil millones de pesos en presupuesto publicitario oficial y para que se comportaran como “independientes”, siendo absolutamente serviles a la predica oficialista.
También hay que hacer notar, que frente al marcado sector político y mediático parasitario que Abinader tuvo que cargar sobre sus hombres y por un elemental sentido de la oportunidad, más la indigencia moral e intelectual de la mayoría de los políticos y periodistas, todos, propiciadores del estatismo continuado que abogan y para beneficiarse de las canonjías oficiales, muchos deberían prepararse para descubrir al nuevo Abinader que nos atrevemos a decir, se presentará desde agosto.
Hechas las anteriores reflexiones, los dominicanos y en sentido amplio debemos entender que nos espera un tiempo nuevo y renovado y en el que nuevos valores de conducción entraran a la escena política nacional y también desde la oposición, en donde el tapón generacional antiguo no le daba paso a nadie.
Consecuentemente, tres jóvenes políticos, el presidente Luis Abinader, el excandidato presidencial Abel Martínez y el senador electo, Omar Fernández, son los tres referentes del nuevo liderato político nacional que emerge y preponderantemente y con el que sin duda la mayoría nacional joven y al verse representada, tendrá más bríos, esperanzas y fuerzas para seguir hacia adelante y fortalecer institucionalmente y con una nueva visión, a la República. En síntesis, se ha pasado página y se entra a una nueva.
Con todo y debe recordarse para que no haya repeticiones futuras, que no se habían contado públicamente los primeros 850 mil votos del 20 por ciento de los electores y Abinader ya había ganado a nivel nacional con un 59,4 % y en unos atropellantes resultados electorales que dejaron anonadados a todo el mundo. Con Dios. (DAG) 20.05.2024





