En la medida que en el territorio nacional la población crece y al mismo tiempo la economía, se entiende que es mayor la demanda de notarios públicos en ejercicio y de preparación académica y experiencia aceptables y que requiere la ciudadanía.
Sin embargo, lo que en un principio se entendió como un paso prudente y prudente por la alta cantidad de miembros del Colegio Dominicano de Notarios sin una preparación profesional correcta, se ha convertido ahora en un duro impedimento para que los negocios jurídicos fluyan y por un grosero bloqueo que facilita la existencia de practicas non santas de determinados notarios públicos, quienes, violando el marco jurídico, legalizan documentos fuera de la jurisdicción asignada.
En este sentido, desde mayo pasado hemos querido llamar la atención de las altas autoridades judiciales para que estas corrijan la situación y sugiriendo, que, si lo entienden factible, elaboren un retrato robot de notarios públicos, quienes, por su propia capacidad y competencia moral y profesional, se les facilite sus respectivos traslados y sin que ello signifique un privilegio para los favorecidos.
Lo que tememos, es que determinadas practicas no profesionales se sobredimensionen y de pronto, el CPJ se encuentre desbordado ante situaciones y hechos que podrían ser tipificados como lo más parecido a la delincuencia de cuello blanco.
En este sentido, se conocen de casos de solicitudes de traslados y la mayoría justificados, a los que sin embargo y después que la presidencia de la Suprema autorizara su tramite y hablamos desde mayo, de pronto han sido paralizados. Si el Señor Presidente de la SCJ como del CPJ, doctor Luis Henry Molina Peña, ponderara por nueva vez esas solicitudes, estamos seguros de que contemplaría estos puntos de vista y buscaría una formula pragmática para su autorización. (DAG-OJO)
