Podría creerse que se están viviendo tiempos terriblemente surrealistas, de esos en los que la moral se destruye a girones y la decencia y las buenas costumbres pasan a un segundo plano, al tiempo que quienes se entienden miembros de la clase gobernante o dirigente, se pillan unos a otros y con las peores formas y prácticas de corrupción a gran escala y en momentos, que todos son los grandes culpables de la terrible degradación moral que se vive desde los altos niveles de la vida pública y empresarial nacionales.
Ya, por ejemplo, la gran virtud de tener y practicar un criterio que no se corresponda a los que se quieren imponer y mediante el cual se desafía lo llamado “políticamente correcto”, poco que mucho, está siendo alejado del uso entre personas cívicamente responsables y debido a ello, la ola de demagogia, chauvinismo, noticias falsas y sin razón que embarga a los medios de comunicación, periodistas y practicantes de opinión manipulada, es realmente vergonzosa.
De esta manera, el país y poco a poco se disminuye a sí mismo y nadie se atreve a opinar “y para no llevar la contraria”, mientras la mediocridad se impone de manera harto avasallante.
Solo hay que ver como la preparación intelectual, la capacidad académica y el ejercicio del análisis frío sobre los hechos y situaciones que ocurren, son dejados a un lado y en razón, de que una minoría de analfabetos funcionales desde sus plataformas en internet o programas de radio y televisión, está imponiendo las peores formas de convivencia social, la alofoke por ejemplo, en tanto desde lo más alto de la justicia represiva y por imponer unas decisiones internacionales que no son cónsonas con la existencia de la célula familiar; los desviados sexuales, y todo tipo de individuo que quiere que se le perciba y acepte como de sexo diferente y sin importar que lo biológico demuestre lo contrario, de una manera absurda y para dizque cumplir con la agenda de organismos internacionales que los burócratas han redactado.
Al mismo tiempo, la procuraduría general de la República dispone que el maricon o degenerado y drogadicto que quiera que se le trate como mujer, esto se haga, o lo otro, de que los baños en las escuelas públicas y lo que se atribuye al ministro de Educación, aunque allí se niega, de que ahora el maricon o violador que diga ser mujer, se le permita entrar al baño de las niñas.
Es decir, el Estado se está plegando poco a poco a la misma destrucción del orden social y, en consecuencia, favoreciendo la destrucción de la esencia de todo hogar que está compuesto y se inicia en la unión entre hombre y mujer.
Paralelamente, desde el gobierno, hay un sorprendente aspecto de mirar para el otro lado en materia de decencia, orden y buenas costumbres y no aceptación de las malas prácticas de corrupción desde el poder y aceptado que, desde todos los ángulos del ejercicio de la política nacional, sean las inconductas y robos contra la cosa pública, los parámetros mediante los cuales tengan que desenvolverse los individuos.
Han quedado y ya mismo, muy atrás, escenas como las de aquel cura párroco en una iglesia católica en Padre de las Casas, donde el presidente Balaguer fue a inaugurar una escuela para los años sesenta del siglo pasado y se topó con un cura joven y buen mozo con un letrero colgando de su cuello y en el que decía: “soltero y sin compromiso” y que mereció la repulsa de aquel gobernante que como era correcto, no aceptaba tal despliegue, escandaloso para la época.
Ahora, es, al contrario, los presidentes reciben y dan la bienvenida a diplomáticos gay y acompañados de sus “esposos”, a los que se les da tratamiento oficial de marido y mujer y la sociedad les abre sus puertas y los esposos consienten que sus esposas deban aceptar a esos degenerados sexuales como si fueran parte de una unión marital normal.
Porque no se trata de rechazar a quien tenga una conducta sexual diferente y lo que puede o no respetarse. Se trata de que las personas ya empiezan a no tenerse respeto y de ahí la profusión de violaciones sexuales contra menores de edad de ambos sexos y como los tribunales y ministerios públicos tratan de resolver la situación mediante subterfugios legales que violentan el orden natural.
Entonces la juventud que va desarrollándose, empieza a entender que lo anormal en materia sexual es lo que debe aprobarse y también copiarse y ahí viene luego la disminución de la natalidad y por eso el incesante carnaval tan estereotipado de ese diez por ciento de la población homosexual que las estadísticas empiezan a descubrir, al tiempo que el incremento de todo tipo de drogas ilícitas aumenta exponencialmente, concomitantemente de como los nuevos estereotipos aceptan e imponen el robo como la nueva forma “normal” de las relaciones sociales e incentivado por leyes, como una que otra estadounidense, donde si una persona roba menos de mil dólares en artículos de algún negocio, puede hacerlo en total libertad y porque hay una ley de cerca de cien años, que lo permite y que ahora se descubre que está vigente.
De ahí que digamos, que la moral social está siendo atacada como nunca se había visto o conocido y dando por resultado, la peor de las muestras de inversión moral y las que han impulsado un aumento de la delincuencia social y ni hablar de la criminal y en su colateral de la política y el alto comercio y el empresariado, donde el que no corre vuela y sino planea y mediante sus medios de comunicación, incentivando “uniones libres” entre personas del mismo sexo o de adultos con jóvenes y hasta tolerándose las prácticas sexuales tan aberrantes de incesto y creándose una nueva clase de “matrimonio” que la sangrienta cruz católica bendice sin pudor alguno.
Es decir, se están viviendo unos tiempos en los que nada es lo que parece y lo que está llevando hacia el derricadero a la notoria y preocupante incapacidad colectiva que se padece y que es incentivada y para algunos no quedarse atrás y no ser rechazados socialmente, de aplaudir y ejercer todo lo incorrecto y que ahora se agrava con una precampaña política de inmoralidad a grandes muestras, en donde la autoridad electoral es desconocida y violentada por los partidos políticos y sus lideres y quienes solo tienen interés en llegar al poder para enriquecerse indebidamente y como ya ocurre desde hace años y ahora teniéndose de espejo, al primer gobierno plutocrático nacional, compuesto por familias dominicanas, haitianas, árabes y turcas de la alta burguesía dominicana y haitianas de la burguesía en Puerto Príncipe, para ser más específicos.
En tanto a la población se le facilitan todas las formas posibles de corrupción mundana e incentivadas por plataformas mediáticas, radiales e internet, en donde la desvergüenza, la amoralidad y el descaro son los nuevos sacerdotes del bajo mundo que se impone a raudales y con ese incentivo del bajo mundo estadounidense del dominicanyork y de lo que ahora se está viendo, que, desde el ministerio público central, la procuraduría general, se incentiva a más no poder. Eso. Es para atrás que vamos y como el cangrejo. Con Dios.09.09-2023