En mayo pasado, comenzamos a retirar tropas de Afganistán, en agosto, huimos despavoridos, en febrero, seis meses después, luchábamos contra la invasión rusa a Ucrania.
Primero ofrecimos ayuda humanitaria, luego defensiva, después enviamos armas ofensivas, drones, misiles, hoy dirigimos la inteligencia ucraniana.
Este mayo, al cumplirse un año de iniciar el retiro de Afganistán, tenemos conflicto directo con Rusia.
Cuando huimos de Afganistán, huíamos de la bancarrota económica que vendría, tras 20 años de guerra financiada con las mismas emisiones inorgánicas que usamos durante la pandemia.
Sospecho estamos huyendo hacia esta guerra, para evitar la misma bancarrota que nos emboscaría en Afganistán, sólo eso justificaría la prisa.
En agosto huimos del débil, Afganistán, hoy enfrentamos al fuerte, Rusia, un cambio rápido, radical. Quizá la inteligencia estadounidense y europea confirmaron, y reconfirmaron, que Rusia está mucho más débil que Afganistán, económica y militarmente, ojalá no se equivoquen, otra vez.Por: J.C. Malone [Listín Diario]