Para el convencimiento de muchos, todo cuanto hasta ahora la Pepca ha hecho conocer mediáticamente y respecto a la profundidad y alcance de la Operación Calamar, no solo tiene que ver con el expresidente Danilo Medina, quien como cabeza de la administración pública en el lapso 2012-2020 es el responsable primero de las decisiones administrativas de sus subalternos, en este caso desde Hacienda, sino también como herencia del gobierno anterior de Leonel Fernández en donde las practicas que ahora se denuncian comenzaron a tomar cuerpo.
El expresidente Medina debe hacer como hiciera en una oportunidad el entonces expresidente Balaguer, quien tan pronto se enteró de que se le asociaba a un supuesto golpe de Estado propiciado por militares, regresó de inmediato al país y en rueda de prensa, dijo que se presentaría ante el ministerio público a dilucidar su supuesto involucramiento y lo que no ocurrió por intervención directa del presidente Antonio Guzmán, que lo rechazó de plano.
O lo otro y del mismo expresidente Fernández, presentándose ante el ministerio público y aun cuando se le lanzaron bombas lacrimógenas, se apersonó a las puertas del Palacio de Justicia de Ciudad Nueva y que sucediera en el gobierno de Hipólito Mejía. (DAG-OJO)
