Paso a paso el cronograma sedicioso del que hemos hablado comienza a ser implementado y hasta ahora, más como tanteo que de acción brutal para socavar el poder y lo nuevo, de cierta animosidad dura contra la misma prensa mercancía

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Desde el pasado 28 de julio, advertimos que hay una conspiración anti Abinader y comenzando agosto, enfatizamos sobre el particular y ahora que se divulga, que en Moca y Licey al Medio hubo esta mañana una refriega y en la que un policía resultó herido por arma de fuego, ya no tenemos dudas sobre la situación sediciosa que está en marcha.

Al mismo tiempo, observamos por igual, que, en cierto modo, el que sectores populares y sobre todo en provincias, entiendan que con todo y sus llamados a que el gobierno atienda sus quejas, parecería que nadie en el poder les hace caso, que al final haya que entender, que, si no se les atiende, entonces debiesen aumentar el nivel de sus reclamos y sin importar que por ello se empiecen a dar signos de violencia social apenas reprimida.

En este sentido, la gran culpa de tanta desidia la vemos en los altos cargos de la administración y donde parecería, que solo actúan si el presidente de la República se lo ordenara o dispusiera y no y como sería lo correcto, que en base al ejercicio de las leyes, instituciones y funcionarios actuaran por sí mismos y con la presteza debida ante cualquier eventualidad de amago de molestia de los ciudadanos.

Lamentablemente, el PRM está cortado con la misma tijera de como se cortó al PRD, el partido madre de la anarquía desde el poder y de la actitud despreciativa hacia todo cuanto signifique interés popular en procura de que el gobierno les atienda y escuche.

De ahí que no haya que asombrarse y al conocer que en la ciudad de Moca, en la provincia Espaillat, como en Licey al Medio en la provincia de Santiago, allá en el Cibao Central, se ha desatado un esquema de inestabilidad social originado en la falta de atención gubernamental y lo más insidioso, porque los funcionarios del más alto nivel no les prestan atención a sus reclamos, hijos estos, no del discurso interesado y falso de legisladores oportunistas, sino de organizaciones de puro pueblo, cuyos integrantes no entienden correcto, que de buenas a primeras el nivel y calidad de vida que se tenía y en apenas dos años del nuevo gobierno, empiece a fracturarse.

Además, tampoco se comprende que los responsables del aparato de propaganda gubernamental no hayan estado atentos a las señales francamente ominosas originadas en el corazón de la población más pobre y la otra, camino hacia la pobreza dentro de el sector menos favorecido de la clase media baja en recursos e ingresos y cuyos integrantes y así como ciudadanos de a pie, han empezado a sentir, que desde el Palacio Nacional o desde el Ministerio de Interior y Policía nadie les hace caso.

En consecuencia, no puede ser extraño, que la gente empiece a protestar o que agentes políticos encubiertos dentro de la ciudadanía, hayan aprovechado las insatisfacciones de ciudades y barrios, vale decir, en todo el país y si se toma en cuenta que el 80 por ciento de la población, es urbana y por lo que ya marcando el tercer año de mandato del presidente Luis Abinader, muchos habían entendido, que a estas alturas sus niveles y calidades de vidas estarían un paso más adelante del que el régimen anterior había dejado.

Apreciar esto último, para nada significa que se quiera ajustar  cuentas con la autoridad nacional, sino que simplemente, existe una fuerte mayoría que está asumiendo, que ni siquiera se está mínimamente a un nivel aceptable frente al desproporcionado alto nivel de vida y privilegios que exhiben los miembros del gobierno y en particular, los de su aparato de propaganda, donde los contratos publicitarios de un millón de pesos, se entiende que es la normativa para cumplir o de 25 millones de pesos mensuales, cuando se trata de una conocida cadena de radio y televisión emergente propiedad de un comerciante disquero.

Todo esto y en conjunto, lo que revela, es falta de equidad y que de una u otra manera está generando fisuras en la aceptable imagen que hasta ahora el gobierno había logrado establecer y en particular, cuando se comprueba y ahí las últimas encuestas, que, por lo visto, el único funcionario que tiene una manifiesta tendencia o interés en resolverle a la gente, sea el mismo presidente Abinader.

Pero en este punto, el presidente tampoco puede descuidarse y al extremo, de que sorpresivamente y cualquier día, los reclamos que se hacen no sean dirigidos a la administración y sí directamente al presidente de la República.

Por eso, intuimos que ya se está llegando al punto, de que como ahora viene otro aniversario del régimen del PRM, sean cada vez más los ciudadanos y sectores de las fuerzas vivas, que reclaman un cambio lo suficientemente amplio en la composición de los altos cargos gubernamentales y lo que se refuerza, con ese delicado criterio que se nota en medios de comunicación y en las redes sociales, que abiertamente quieren y lo que ya se está llamando, en cuanto a que el gobierno deje de ser perremeísta y sí que de un vuelco hacia lo nacional.

El desorden de esta mañana en Moca y Licey al Medio, es precisamente una evidencia de la insatisfacción social que ya no se puede ocultar y que si bien es cierto que la autoridad pudo más o menos controlar, tampoco quiere decir que se hubiese conjurado y lo que a estas alturas, solo la intervención directa del presidente Abinader, parecería que sería la única opción para que los comunitarios de todos los bandos políticos no empiecen a acariciar ciertas actitudes anárquicas, de esas a las que el ministerio de Interior y Policía no ha podido neutralizar.

Ahora bien, dado el aire levantisco que empieza a presentarse en Espaillat como en Santiago, también hay un aspecto que los medios de la prensa mercancía deberían de tener muy en cuenta y que les atañe, que no solo la gente ya no los entiende creíbles, sino que a casi todos se les ve como medios y periodistas que solo están buscando lo suyo en materia de privilegios y canonjías gubernamentales y dando como resultado, que exista cierto animo sedicioso por parte de una ciudadanía que también los entiende como cómplices del poder y también del fáctico y que si la imagen no se corrige, bien podría ocurrir y en el futuro cercano, una que otra agresión física contra medios o reporteros o periodistas, azuzados por activistas políticos hasta ahora de origen dudoso, pero sí conocidos al ser reincidentes impenitentes en llamados a la anarquía y a la subversión.

Y lo que nos habla, de que paso a paso el cronograma sedicioso del que hemos hablado comienza a ser implementado y hasta ahora, más como tanteo que de acción brutal para socavar el poder y lo nuevo, de cierta animosidad dura contra la misma prensa mercancía. Ojo pues.  (DAG)