Podemos no suma, solo resta

0
137

La marca Podemos está muy devaluada. Se ha podido comprobar en las tres últimas elecciones autonómicas. El juguete de Iglesias está roto. Es posible que alguna organización territorial todavía sea aprovechable, pero sería un error inmenso que Yolanda acepte las disparatadas exigencias del fracasado gurú de las ondas. Lo mejor es que espere a las autonómicas y municipales, ya que entonces quedará claro que no suma sino resta.

La vicepresidenta tiene que reconstruir el espacio a la izquierda del PSOE con políticos y formaciones que sean serios y leales. No es posible hacerlo con aquellos como Pablo, Irene e Ione que destilan un odio enfermizo hacia ella. Podemos es un proyecto fracasado, por culpa, precisamente, de la actitud caprichosa y errática de su fundador. Hay cuestiones que son obvias.

La incorporación de Iñigo Errejón y Más País aporta una formación coherente y creíble que es la segunda fuerza en la comunidad de Madrid. Nadie sabe quién lidera Podemos en las autonomías, porque los fracasos se suman con monótona insistencia. La único valioso, aunque con fecha de caducidad, es su presencia en el gobierno, aunque es un permanente dolor de muelas para Sánchez.

La Barcelona de Colau es un desastre, llevó varios fines de semana recorriendo la ciudad donde nací y siento una pena inmensa por la suciedad, los grafitis y la decadencia comercial de muchos barrios. Hay un sector pijo progre de bicicletas eléctricas formado por los vástagos de las familias acomodadas que se siente cómodo con esta decadencia. No es una ciudad pujante y moderna. A pesar de ello, Colau aporta a Sumar esa izquierda exquisita. Es lógico que no quiera ir con Iglesias. Lo mismo se puede decir de otras socias y socios de Yolanda que no lo quieren ver ni en pintura.

Por ello, me vuelvo a preguntar qué le aporta aliarse con Podemos, salvo que le preocupen esos orcos que se dedican a mentir e insultar en las redes sociales. A Pablo le gusta «Juego de Tronos» porque son crímenes y conspiraciones. No le interesaba «El señor de los anillos» que es una obra culta y exquisita.

Lo mejor que puede hacer la vicepresidenta es recordar que mejor sola con sus aliados que mal acompañada por Iglesias y sus acólitas. Por: Francisco Marhuenda [La Razón]