Es muy cierto, que en los últimos años se ha desatado una ola de personas gay que han salido del armario y en particular, entre familias de clase media a alta, donde tienen como sello “de realeza” que algunos de sus hijos sean gais y se “junten” con otras personas de su mismo sexo y “formen familia”.
Sobre este particular, no son uno ni dos los empresarios “casados” con jóvenes masculinos o la abierta “apertura mental” que se da dentro de la burguesía urbana y tan proclive a excesos de todo tipo, desde aceptar orgías, drogas y cualquier otro tipo de situación chocante con las costumbres propias de la idiosincrasia dominicana.
Tampoco sea que haya que tener una posición abiertamente contra la homosexualidad, cuando es sabido que la misma es propia de individuos que no se aceptan en sus particulares costumbres sexuales, pero de ahí a que ahora se quiera establecer, que un conjunto deportivo conformado por mujeres, particularmente jovencitas, deba aceptar miembros de los llamados “trans”, con todo el respeto posible, nos parece una aberración.
Consecuentemente, creemos que, a las reconocidas y exitosas Reinas del Caribe, debe dejárseles con su composición femenina y que los que quieran tener sus reinas trans, entonces que vayan a crear un equipo de futuras reinas caribeñas trans, pero en base a sus propios méritos y no querer surgir encubriéndose detrás de nuestras celebradas deportistas. (DAG-OJO)
