Se está entrando a la peligrosa etapa de periódicos escritos y programas de radio y televisión tendenciados políticamente y con fines de imponer sus ofertas partidarias y eliminar potenciales candidaturas y sólo para adulterar algún proceso electoral genuino y no solo el del 2024

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Ahora que estamos viendo el curioso fenómeno dominicano de una prensa política y empresarial, interesada en promover sus potenciales candidatos y eliminar adversarios, vemos con preocupación, que semejante fenómeno y en momentos que la partidocracia se encuentra en esa terrible alternativa de entender que está a punto de experimentar un serio rechazo social y humano, que definitivamente haya que llamar la atención a los medios y periodistas no tendenciados y para que no se dejen socavar sus criterios y opiniones independientes a todos los poderes públicos como privados y sí ser verdaderos contrapesos de los primeros.

Precisamente, por ello es que en los matutinos escritos, ahora hay preferencia por publicar aquellas informaciones capciosas respecto a posibles políticos que mudan de partido y etiquetas políticas y lo que se hace con el perverso interés de marcarle su agenda  al país político, con lo que esos medios y reporteros conspiran contra la viabilidad de un proceso de selección pre electiva hijo de las capacidades y desenvolvimiento de cada aspirante y no porque los dueños de los medios dentro de la prensa mercancía, los barones mediáticos, sean ellos quienes marquen la pauta por donde todo aspirante a un cargo público de elección, sepa, que si no tiene la anuencia mediática, no llega a que sus colectividades políticas les acepten.

La situación que se presenta es harto curiosa para quien no conozca las interioridades de la política criolla, en la que unos 24 partidos o formaciones políticas de los que apenas seis tienen presencia decisiva en el Congreso Nacional y el resto en los gobiernos municipales, se han convertido en el fundamento preponderante y afincado en una propaganda y manipulación mediática tan desquiciada, que si por la partidocracia fuera, tampoco habrían candidatos libres sino que todos deberían de salir de listados partidarios, que por un supuesto “consenso” fueran los representantes de las supuestas ansias de cambio de la población electoral.

De ahí, que ahora se presentan las dos fórmulas indirectas de preselección: La partidocracia y la clase gobernante vía su prensa política y para nada, ninguna opción electoral de la que la población políticamente interesada pudiera decir que ella ha sido decisiva en sus escogencias.

Y desde el momento que esta situación de estafa institucional se presenta, somos los medios, periodistas, analistas y comentaristas que no dependemos de los poderes constituidos, quienes estamos llamados y por obligación cívica y moral, a alertar a la ciudadanía y en particular a los ciudadanos en capacidad electoral, de que si continúan descuidándose, terminarán en el 2024 sin haber podido imponer su libertad de escogencia y lo que debe advertirse viendo el maridaje o complicidad de barones mediáticos y la partidocracia y hasta de gobierno y empresarios y con tal de desnaturalizar el proceso de elección directa, en la que la genuina o verdadera voluntad de los electores es la que debería de imponerse.

Ya  se pretende ejercer un chantaje sutil contra el presidente Abinader y su partido el PRM e igual contra el PLD y su presidente Danilo Medina, los que ya han sido clasificados como los principales objetivos a vencer por parte de quienes como barones mediáticos, hasta ahora han logrado imponerse y manipular a la atrapada opinión pública y para que al final los ciudadanos se dejen manipular por la grosera propaganda mediática.

En tanto con relación al expresidente Leonel Fernández, se quiere impedir, que mediáticamente, se discuta todo lo relativo a su fabuloso enriquecimiento desproporcionado y cientos de asesinatos de ciudadanos que se llevaron a efecto en sus administraciones y como la especie de “fórmula mágica", de que este y para que, con su oratoria irreal y demagógica, incline la balanza a su favor

Por ejemplo, contra Abinader se quiere poner en dudas que el presidente tiene autorización constitucional para su única reelección, por lo que Abinader no tiene que pedirle opinión a nadie para decidirse por aceptar la imposición constitucional. Igual contra el partido oficial el PRM y ni se diga contra el expresidente Danilo Medina y su PLD, contra quienes las opiniones mediáticas más arteras y embaucadoras, van dirigidas expresamente, a que tanto Medina como el PLD realmente se crean que ninguno podría hacer las diligencias y contactos que faciliten las cosas y dentro del orden constitucional, para que al ciudadano Danilo Medina y al igual que los demás ciudadanos, ejerza su derecho inalienable de elegir y de ser elegido.

Aprovechando esa circunstancia, los enemigos de Abinader y el PRM se plantean un frente abierto dirigido a hacerles creer al PLD que no tiene derecho a una reforma constitucional y por lo que esta mañana expresara en el Consejo Económico y Social el presidente de la República y vía su consultor jurídico, Antoliano Peralta, que la misma no se plantearía si partidos y comunidad política no estuvieran de acuerdo.

Al mismo tiempo, debe recordarse que el CES y de acuerdo con la Carta Magna en su artículo 251, no tiene facultad alguna para conocer de determinada situación de institucionalidad jurídica constitucional para la que solo están autorizados los miembros del Poder Legislativo, es decir, los partidos y políticos con presencia legislativa, quienes son los únicos con calidades y mucho más los legisladores, que sus partidos y para tomar una decisión final al respecto.

En consecuencia y desde el momento que el texto constitucional sea invocado, se verá que toda reforma constitucional es privativa de la legislatura y en la que prevalece la opinión, criterio y libre albedrío de senadores y diputados y quienes sobre este particular no tienen por qué consultar a sus respectivas formaciones políticas y que de hecho, es el accionar constitucional garantista que los ciudadanos dispondrían para robustecer su indelegable libertad de escogencia.

Por eso y si todo lo anterior es el resultado de una estructura de orden constitucional inmutable, que solo cambia al hacer uso del principio institucional, de que una ley solo es cambiada por otra ley y ni hablar de que el poder de toda Asamblea es soberano, que entonces los ciudadanos debemos entender, que por más maniobras dolosas y en contra que la partidocracia o la clase gobernante y los barones mediáticos pretendan perpetrar, la reciedumbre de la dinámica democrática nunca podría resquebrajarse y mucho menos, afectar la libertad de escogencia de los votantes expresamente facultados para ello.

De ahí, que con gran convicción recordemos, que se está entrando a la peligrosa etapa de periódicos escritos y programas de radio y televisión tendenciados políticamente y con fines de imponer sus ofertas partidarias y eliminar potenciales candidaturas y sólo para adulterar algún proceso electoral genuino y no solo el del 2024. (DAG)