Si el eje central de la cumbre iberoamericana era el caso haitiano, ¿por qué su primer ministro la saboteó y no concurrió y sin importar que Haití es un observador asociado a la misma?

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Todos los informes que tenemos, indican, que parecería que la razón por la que el primer ministro haitiano no concurrió a la 18 cumbre Iberoamericana recién pasada, se debió a la férrea oposición que la clase gobernante de su país le presentó y ni hablar, con mayor contundencia sus grupos empresariales y financieros, quienes al parecer, entendían que los temas a discutir podrían generarles más mal que bien y cuyo primer pretexto fue, que como Haití es un observador asociado no había la necesidad de que su primer ministro hiciera presencia.

Al mismo tiempo, tan pronto que en  el Puerto Príncipe oficial se supo que el presidente de EEUU y el primer ministro de Canadá tendrían una cumbre, que la clase media haitiana entendió paralela y sabiéndose, que en Ottawa se discutiría la manera de como ambos países norteamericanos diseñarían la forma de “ayudar a Haití”, que con mayor razón el empresariado y el comercio haitiano, entendieron, que para sus intereses, lo que decidan Biden y Trudeau era más importante, que todo lo que un conjunto decidieran 22 países de la región e incluyendo los observadores, en cuanto a  discutir sobre la problemática haitiana.

En primer lugar, porque también en Canadá hay una población de inmigrantes haitianos y de canadienses de origen haitiano de cerca medio millón de personas y todas con un nivel de vida diez veces superior al que pudiera tener su clase media en el país originario de sus padres. No debe olvidarse tampoco, que Canadá ha tenido como gobernadora general (es un territorio de la mancomunidad británica de naciones) a una canadiense de origen haitiano y que la diáspora haitiana allí, representa un ingreso eventual y también anual y no producido en Haití, que en cierto modo viene siendo no menos del 10 por ciento de su producto bruto interno y que son razones más que suficientes para que quienes controlan la economía vecina, consideraran un cierto tipo de riesgo haber concurrido a la cumbre en Santo Domingo.

Pero a lo anterior hay que agregar, que el grueso de los haitianos en EEUU conforma una diáspora de más de 700 mil individuos y quienes por igual aportan a la economía haitiana unos significativos ingresos de todo beneficio y nada de costos operativos y que a su modo, fue un freno determinante, para que también la “comunidad haitiana en Norteamérica” recelara de lo que se discutiría en la capital dominicana con relación al destino inmediato de Haití.

Sin embargo y en función de los intereses entre Estados vecinos y que siempre son recíprocos, lo correcto debió de haber sido que el doctor Henry hubiese asistido a la cumbre ya pasada y de su viva voz externara sus preocupaciones y expectativas sobre este particular. Por eso, habría que decir que Haití fue el convidado de piedra de la 18 Cumbre Iberoamericana.

Al fin y al cabo, trabajadores haitianos en República Dominicana, prácticamente llegan y mal contados al millón de personas y de esa cantidad, casi el 70 por ciento es indocumentado, por lo que haber escuchado a Henry hubiese sido enriquecedor en materia de conocer de primera mano, que piensa y entiende que debe hacerse  desde el punto de vista oficial del país transfronterizo y mucho más, cuando si ahora en Washington están pensando diseñar un esquema de fuerza de paz asistencialista y no de tropas de ocupación, en tanto Canadá tomaría para sí el adiestramiento de la policía y milicia, que imperativamente, el punto de vista haitiano sobre esas políticas deberían contar con la opinión práctica y consejos pragmáticos de la política dominicana en materia fronteriza.

Dicho lo anterior, también queremos llamar la atención de otra razón del porqué la burguesía haitiana no quería representación oficial haitiana en la cumbre en la capital dominicana: Que una parte significativa de esa burguesía, tiene alianzas de negocios dentro de la economía dominicana y lo más significativo, que al ser el gobierno dominicano uno plutocrático, muchos ricos de Haití tienen relaciones directas con iguales connacionales suyos que a su vez tienen relaciones directas con los principales funcionarios del Estado y empresarios dominicanos y en este punto también hay disparidades y celos.

Digamos entonces, que debido a esas relaciones entre plutócratas de los dos países vecinos y siendo el sector empresarial, financiero y de negocios, poco receptivo a que se le asocie a intereses de políticos entre ambos países y mucho más, cuando existen marcas comerciales y de los dos países asociadas entre sí, que para esos intereses y si Henry hubiese estado presente en la Cumbre, este hubiese podido correr el albur en verse en una especie de fuego cruzado entre burgueses haitianos con negocios, empresas e inversiones en República Dominicana y en particular a lo atinente del negocio clandestino con militares dominicanos en la frontera en materia de trata de personas, tráfico de indocumentados y cierto tipo de asociación ilícita de negocios compartidos y no declarados para fines de impuestos y los otros non santos del narcotráfico y el contrabando.

Ahora bien y a propósito de la cumbre que anoche fuera clausurada, el presidente Abinader expresó que lo único que se puede hacer con Haití es pacificarla y agregamos nosotros, como primer punto prioritario para su recuperación institucional a nivel general y económico en lo particular.

Ante esta observación, es evidente que el presidente tocó las llaga de un punto cardinal que se suponía sería tratado con mayor amplitud por los jefes de Estado y de Gobierno participantes, no obstante, muchos entendimos, que por las razones que fuere, también una parte de los gobiernos invitados hicieron lo posible por no comprometerse en un diseño de políticas específicas y prefirieron las generalidad y porque a nuestro entender, están convencidos de que Haití viene siendo un tema básicamente dominicano.

En realidad, Haití no es solo pandillas ni grupos de poder. Haití es una nación con un pueblo abierto y el que, por la dureza recibida en el trato colonial francés, ha tenido que ser discreto hasta en su manera de mostrar alegría y aun así y como se vio en el último carnaval, ese tipo de estallido de alegría tan suyo y el que, siendo tan propio, encandila a nativos y extraños.

De ahí que consideremos, que aunque los extremistas anti haitianos digan lo contrario, el destino de los dos pueblos y países en una misma isla, es común y dentro del respeto a las diferencias culturales que le dan identidad a sus respectivas idiosincrasias y no obstante y que hay que precisarlo, que como aquí, también allá hay un nicho de fanáticos haitianos anti dominicanos y de esos, que bajo ningún concepto quieren reconocer, que Haití nació a la sombra de la entonces colonia española de la Hispaniola.

Al final, queda la pregunta puntal de este análisis político de Estado: Si el eje central de la cumbre iberoamericana era el caso haitiano, ¿por qué su primer ministro la saboteó y no concurrió y sin importar que Haití es un observador asociado a la misma? (DAG) 26.03.2023