Desde luego que estamos conscientes de que la razón fundamental del porqué el presidente nacional de la Fuerza del Pueblo (FP) Leonel Fernández, prefirió asociarse electoralmente con el PRM y Abinader para las elecciones del 2020, fue porque el presidente nacional del Partido de la Liberación Dominicana (PLD) Danilo Medina Sánchez, hizo lo imposible para evitar que fuera el candidato presidencial de ambas formaciones políticas opositoras.
Y a partir de ahí, no ha habido manera de que esos dos expresidentes y políticos pudieran encontrar una fórmula de avenencia política que los hubiera llevado a pelear parejo frente a un PRM y un Abinader totalmente desbocados y dispuestos a todo, no para ganar las elecciones del 2024, sino para hasta cometer algún tipo de fraude electoral y como al efecto ocurriera.
Entendiendo esa realidad tan crítica, no es difícil entender, que ahora y de cara al 2028, algún tipo de milagro debería ocurrir para que esos dos expresidentes recompongan sus relaciones y de la que surgiera un Leonel candidato presidencial y con un compañero de boleta del PLD y este de las nuevas generaciones.
Pero resulta, que como nunca antes, Leonel luce con un ego tan sobredimensionado, que realmente se entiende insustituible y que él y nadie más que él, deberá de ser el candidato presidencial ganador y en unos comicios y para decirlo de alguna manera, “polarizantes”, en los que el todo o nada será la divisa a imponer de manera empecinada por parte de las fuerzas políticas que hasta ahora se han identificado como parte de la atrasada partidocracia y sea porque los tres expresidentes arrimen el hombro o porque simplemente, la temeridad de Abinader haga factible que el PRM pudiera lograr una nueva reelección de cara al periodo 2028-2032.
Sin embargo, el realismo político obliga a entender, que los políticos y los partidos tradicionales y de cara a los seis millones de votantes jóvenes dentro de los 8.5 millones de votantes que se supone irán a las urnas en el 2028, deben entender que este es el factor que hará la diferencia fundamental en los resultados de unas elecciones que serán de todo, pero nada igual a todas las anteriores.
Por ejemplo, el PRM, que en estos momentos se encuentra en su etapa mas baja en materia de popularidad y si de aquí a diciembre no remonta en materia de popularidad sostenida, no sería nada extraño que sus asesores o consejeros, comenzaran a mostrar preocupación por el futuro electoral de esa formación política oficial.
Aunque no lo parezca, la preocupación debería ser bien valida y en un partido, que de tan desorganizado que es, ya registra 27 aspirantes presidenciales y si a marzo 2026 y esto es una especulación, Abinader no hubiese remontado en popularidad, mientras el PRM desciende en el favor popular, no habría que ser brujo y para comprender que la posibilidad salvable de un Abinader candidato presidencial independiente no sería nada de desechar.
Desde luego, si Balaguer estuviera vivo y fuera el probable candidato presidencial, seguro que lo primero que haría y desde ahora, sería sembrar cizaña entre las fuerzas opositoras, dividirlas y políticamente hacerlas inoperantes. Por eso, el paso correcto deberá de ser el de avivar las diferencias personales y políticas entre Danilo y Leonel.
Ahora bien, y como decimos una cosa también decimos la otra, que si los tres expresidentes o quienes de ellos estén vivos de aquí a las elecciones del 2028 e incluso el mismo Abinader. Si no se apertrechan con batallones de influenciadores en las redes sociales, quienes a su vez manejen con destreza los boots socavadores de esperanzas y si estos no multiplican al triple el trabajo político de cada uno de los influenciadores y estos tampoco tienen el tino de buscar apoyos en ingenios tecnológicos como robots hijos de la inteligencia artificial, propiamente, no podría decirse, si la política tradicional tendrá una oportunidad más o si el 2028 sería y para que se entienda, su último cuplé.
Todo es un asunto de ver, si los más populares influenciadores y dándose cuenta de que ellos tienen más público y simpatías que cualesquiera de los cuatro políticos ya mencionados, se decidiera correr el albur y desde ahora comenzar a presentarse y actuar como potenciales aspirantes a candidaturas presidenciales, legislativas y municipales y si esto ocurre, no sería nada fantasioso hablar de que para febrero de 2027, ya sería un hecho que los presidenciales de la partidocracia y en materia de popularidad, las encuestas les den con un nivel menor que los tres principales aspirantes al Poder Ejecutivo provenientes de las plataformas digitales y avivadas sus aspiraciones por el efecto multiplicador de más de un 70 por ciento de candidaturas jóvenes entre 25-45 años. Y esto así, porque y hay que reiterarlo, el voto a ganar es indiscutiblemente el joven y extendido, recalquémoslo, al votante de 45-55 años.
Lo que queremos resaltar, es, que como nunca, en cualquier etapa anterior de la vida democrática estilo partidocracia que se ha tenido, para estas nuevas elecciones, absolutamente todos los parámetros serán diferentes y los votantes tendrán puntos de vistas nada tradicionales.
De ahí que especifiquemos, que, si los influenciadores con aspiraciones políticas electorales y desde ahora, no se van en la dirección correcta de ser ellos y olvidarse de los métodos de la política tradicional, al tiempo de ignorar sutilmente a los tres expresidentes y al que está en ejercicio, podrían experimentar un fracaso descomunal y cuando se den cuenta de que las malas artes de la vieja política han sabido minarles.
Recuérdese, que en las vidas de los seres humanos, nadie es imprescindible y en la actividad política de Estado mucho menos, en consecuencia y como muchos entendemos, desde ahora debe pensarse, que, si se quiere apostar al futuro, hay que dejar atrás los prejuicios, así como las animosidades primitivas, caducas y tradicionales y como la mejor manera para encontrarse con el desafío de una inteligencia artificial, alma y mentor de humanoides, que aunque no se crea o considere, está a la vuelta de la esquina y la que será de comprensión absoluta para quienes en el 2050 tengan 25 años. Es decir, que están naciendo ahora.
Solo hay que entender, que, en su momento, rivalizarán con la misma mente humana y para ser parte y crear una nueva política a tono con un país, que, dentro de 25 años, una parte significativa de sus habitantes tendrá esa mentalidad de avanzada que no retrocederá jamás y que los preparará para lidiar con un mundo a fin de siglo, en el que, si los humanos y si nos nos descuidamos, perderemos hasta la esencia propia de considerarnos hijos de Dios. El reto es entonces para los seis millones de electores jóvenes del 2028.
Además, no se olvide este detalle, que todos los que nacimos en la Era de Trujillo, todo estaremos muertos y que quienes ahora están naciendo, serán los dominicanos de ese futuro que avizoramos, si esto se entiende, se comprenderá por qué creemos que hay que tocar el futuro.
Hace quince años escribimos sobre la inteligencia artificial y entendiéndola como la respuesta casi divina a un reto de vida, que la mayoría de quienes vivimos ahora, ni siquiera podemos captar, pero que sí lo entenderán plenamente los dominicanos que están naciendo ahora.
Parecería pues, que fuera contradictorio que habláramos de un futuro que ya avanza y que para el 2050 estará aquí y mientras hablamos de un presente, comprobado y hasta prosaico, de que Danilo y con tal de que Leonel no fuera el candidato presidencial, prefirió que Abinader se hiciera un lado y que sus periodistas le dieran a Danilo el golpe de estado mediático. Con Dios. 11.02.2025
IMAGEN: Bajo el lema “El Futuro es Ahora: Adolescentes y Juventudes Deciden», más de 100 jóvenes representantes de ayuntamientos, organizaciones de la sociedad civil y líderes de distintas zonas del país fijaron su postura y plantearon recomendaciones sobre temas de interés nacional, incluidos los procesos de reforma en curso. (https://dominicanrepublic.un.org/es/279190-el-futuro-es-ahora-m%C3%A1s-de-100-j%C3%B3venes-presentan-recomendaciones-para-el-desarrollo-nacional) Foto: ONU