Una mera «corrección técnica» y el 8 M

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Una mera «corrección técnica»: Esa es la solución que ofrece el presidente del Gobierno ante el grave problema causado por los beneficios obtenidos por la ley que, según afirmaba orgulloso, iba a ser «una referencia mundial en la defensa de la causa feminista, por su protección a la mujer». No parece muy convincente su respuesta ante las cifras aportadas, de momento, por el CGPJ, transcurridos menos de cinco meses de su entrada en vigor: 646 maltratadores y violadores beneficiados con reducciones de las condenas que los mantienen en prisión, de los cuales, a 65 la rebaja les ha supuesto ya su excarcelación anticipada.

Una interpretación posible de una corrección técnica es la de «una corrección en un mercado financiero que no tiene justificación», pero no parece referirse Sanchez a ese tipo de corrección al decirlo para referirse a su ley del «Solo Sí es Sí», aunque debe ser una de muy difícil justificación a juzgar por el tiempo transcurrido desde que cayeron en la cuenta de ese «error técnico». La facción podemita del sanchismo, con las ministras Montero y Belarra al frente, con la secretaria de Estado Pam en la banda, y el auxilio incansable de su portavoz parlamentario Echenique, no da su brazo a torcer para subsanar ese «error» para satisfacción de los machistas maltratadores y sus abogados.

La «justicia feminista no es punitiva» afirman desde ese sector una vez que el argumento de que sucede por culpa de las «juezas machistas y fascistas con toga» no parece muy convicente para el sector feminista clásico socialista, y en general para nadie con un minimo de sentido común. Entre el sector socialista del gobierno y el podemita navega la vicepresidenta Diaz ejerciendo de gallega , que no sabe con quien está sumando en este momento su sector, que parece dar –en el mejor de los casos– «suma cero» con esta polémica. Sánchez queria corregir su «error técnico» en enero para afrontar las elecciones del 28 de mayo sin este lastre que cada dia se hace más pesado ante el interminable goteo de violadores favorecidos por su ley, pero Irene Montero y Ione Belarra no parecen estar por la labor de facilitárselo para llegar a la magna jornada feminista del 8M con su territorio político diferenciado del de sus rivales históricas de la causa.

Este próximo 8M confiamos no signifique para la mujer lo que ocasionó en 2020, cuando la histórica feminista Carmen Calvo, entonces vicepresidenta del gobierno, animó a manifestarse porque a las mujeres «les iba la vida en ello». Aunque ahora, al parecer también. Por: Jorge Fernández Díaz [La Razon]