Una probable y no imposible alianza electoral PRM-PLD, podría impedirle a Leonel su candidatura y sí darle paso a la reelección constitucional de Abinader

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Dentro del marco de las opciones políticas de alianzas posibles entre fuerzas políticas, para nada descartamos la probable, de un alianza electoral entre dos personajes públicos del nivel del expresidente Danilo Medina y del presidente Luis Abinader y mucho más, cuando la misma permitiría, que la probable reelección presidencial constitucional de Abinader, lograra los votos más que suficientes para imponerse y al mismo tiempo, Danilo tendría una opción electoral abierta y propia y que le daría como una segura opción de futuro que le garantizara su vigencia permanente como expresidente de la República.

Se tiene pues un novedoso como nada arriesgado esquema de alianza electoral, que facilitaría las cosas, para que el atrevido lema electoral de, “eso lo hicimos nosotros” del expresidente Leonel Fernández, fácilmente se le pudiera anteponer el otro de “este es otro asesinado por la policía de Leonel” que en su momento podría ser aireado como parte de las ejecutorias negativas del expresidente y con lo que sin duda, permitiría que la atrapada opinión pública pudiera tener una perspectiva menos fanatizada del presidente de la Fuerza del Pueblo.

Ni hablar del otro estigma que pesa sobre los 12 años de los tres periodos de gobierno “del PLD de Leonel” y los que tanta agua de beber le dieron a sus rivales internos y como es este otro, del estableciendo de la corrupción como política de Estado desde el despacho presidencial y que de manera tan atropellante generó la creación de un ramal de clase media hija de vendedores o suplidores del Estado, cuyos principales representativos, todavía hoy se muestran como la riqueza más desvergonzada que un presidente en ejercicio hubiese propiciado desde el poder.

En consecuencia y desde el momento que se trace un paralelo respecto a la acción de administración del presidente Abinader y los gobiernos de aquel expresidente y sin importar que en el actual pudiera presentarse algún tipo de fisura moral hija de individuos que traicionaran la confianza del presidente, se notará de inmediato el gran tipo de comportamiento moral del gobernante y quien por lo que se ha visto, no ha vacilado en apartar radicalmente de su lado, a los pocos temerarios que como funcionarios públicos, pretendieron enriquecerse o cometer acciones morales dolosas respecto al comportamiento que de los mismos podía esperarse.

Por lo pronto, el expresidente Fernández tiene como su peor Talón de Aquiles, ese evidente enriquecimiento desproporcionado que le permitió ser ahora uno de los políticos y fortunas más ricos de este país y comenzando por su fundación principal, la que hizo en base a “aportes desinteresados” de todos aquellos empresarios y banqueros que lograron extraordinarios contratos de obras y servicios en sus gobiernos.

De ahí que a la hora de que Leonel tenga que responder sobre este particular, mucho antes de que se le interrogue, mucho más fácil, es conocer la verdad de su riqueza con solo invocar el divorcio que tuvo de su anterior esposa, exprimera dama ella y en materia del acuerdo económico matrimonial que debió de llevar a efecto y que descansa en archivos oficiales requeribles mediante determinados procedimientos legales.

Es decir, sobre estos temas y ya que el expresidente los tocó, sobre todo el de las obras de infraestructura, fácil es iniciar un procedimiento de auditoria moral y abarcando desde luego la parte criminal de sus ejecutorias con esa tenebrosa exhibición de 1,820 ejecuciones extrajudiciales o asesinatos policiales por encargos, que dos de sus subalternos y por instrucciones suyas, los generales Guzmán Fermín y Candelier, llevaron a efecto de manera sumaria y sin que hasta la fecha no hayan sido investigados.

Porque la realidad es, que ante semejante derrame de sangre y de Leonel volver al poder, lo que se espera, es que el expresidente disponga u ordene una terrible política criminal en igual dimensión que las anteriores y lo que obliga a que tenga como tema de campaña electoral la sangre derramada  y por el cual, el expresidente sea llamado a capitulo ante el tribunal de la atrapada opinión pública y principalmente, frente a un comité de no menos de cien representativos de las familias de los asesinados.

Y es que todos sabemos, que, si Leonel volviera y pese a sus crímenes indirectos, continuaría su programa de varilla y cemento al calco balaguerista. Al fin y al cabo, son seis años que separan al expresidente de su último gobierno y en este lapso, mucho que poco, se observan los grupos de suplidores enriquecidos por él y como es el caso del empresario Guillermo Sención, a quien se reputa como el banquero del expresidente.

En el caso de la actual gestión de gobierno del presidente Abinader, por lo menos, hasta ahora no se nota nada parecido, por lo contrario, en los hechos, Abinader es su propio ministro de Hacienda, Contralor General, Auditor y Director de Presupuesto y de ahí que el manejo de los dineros públicos, así como de las finanzas del Estado, no muestren hasta ahora ninguna de las inconductas de los tiempos de Leonel y lo que se debe destacar, porque al fin y al cabo, la probable reelección presidencial constitucional que tiene a su favor, también a Abinader le obligará a dar explicaciones sobre su conducta de gobernante y que de suceder, es seguro que lograría altos puntos en materia de probidad y honradez personal.

Consecuentemente, que para las elecciones del 2024 la opción sea entre Abinader y Leonel, entendemos  que será una prueba irrefutable sobre la conducta moral como gobernante, de uno y de otro y al final arrojando el resultado positivo para el presidente, mientras a ese momento, el expresidente, se encontrará y de arriba hasta abajo, dando explicaciones y por las que sus realizaciones positivas, que las tuvo, quedarán enfangadas en el terrible charco de sangre inocente que sus jefes policiales hicieron y ordenado por él.

Precisamente por toda esta cruda realidad, es que entendemos, que si al final de cuentas, se da una improbable y no imposible alianza PRM-PLD, esta podría impedirle a Leonel su candidatura y sí darle paso a la reelección constitucional de Abinader. (DAG)