59 Años atrás cae el gobierno del presidente Juan Bosch y por incompetente y provocador y también como resultado de su desconocimiento, a ese momento, del alma dominicana. En el 2001 el Bosch que murió era distinto y sí gran líder, político e ideólogo, así como gran pensador y escritor. Orgullo de todos.

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Fue en la mañana del primero de septiembre de 1963 y luego de varias escaramuzas efectuadas por el mismo presidente de la República, que ocurrió el esperado golpe de Estado contra Juan Bosch, que se impulsó en la noche anterior y estando el mismo presidente en una recepción con la que se agasajaba a un importante general estadounidense de visita en el área.

Primordialmente, el hecho ocurrió, porque el presidente fue incapaz de neutralizar los aprestos sediciosos de la poderosa organización, Acción Dominicana Independiente, que estaba conformada por la elite empresarial y comercial de aquel tiempo y a la que tres días antes de su derrocamiento, Bosch intentó golpear y ordenando el apresamiento de sus principales figuras. Entre ellas José Andrés Aybar Castellano, presidente de la ADI, Alejandro Grullón presidente del Banco Popular y Adriano Gómez Rodríguez presidente de la Asociación de Detallistas de Provisiones Inc.

Bosch y luego de la recepción al militar, volvió al Palacio Nacional y el que, para ese tiempo, en su ala derecha tenía al Poder Ejecutivo en tanto en su ala izquierda la secretaría de Estado de las Fuerzas Armadas.

Ya en su despacho, al presidente, una comisión militar le solicitó que clausurara al partido comunista y apresara a determinados elementos sediciosos de izquierda y a lo que Bosch se negara. Ante su negativa, todos los altos oficiales se retiraron hacia su Secretaría, pero antes, el consultor jurídico de esa cartera y por una discusión motivada por el mismo Bosch, por su empecinamiento de renunciar pero ante el Congreso Nacional y lo otro, de no aceptar a un importante coronel de carrera, Elías Wessin y Wessin al frente de la unidad militar táctica de comando aéreo y terrestre y blindados, al momento de Bosch utilizar el teléfono para comunicarse con el presidente del Congreso, el oficial citado le arrebató el teléfono y a partir de ese momento, el mandatario quedó detenido en su propio despacho, pero con libertad de acción y movimientos en el mismo.

Casi al mismo tiempo, desde la cartera militar se dieron las órdenes para la ejecución del golpe de Estado, apresando adversarios ideológicos y los cabezas del partido oficial, el Revolucionario Dominicano (PRD) como también a los principales altos cargos gubernamentales, imponiéndose el toque de queda y lanzando a los militares a las calles.

La población  y en la madrugada, desconocía lo que aquella noche estaba ocurriendo en el mismo centro neurálgico del poder político y oficial y mientras el detenido presidente, hacia llamadas desesperadas al presidente venezolano Rómulo Bethancourt y al gobernador de Puerto Rico, Luis Muñoz Marín y para que estos alertaran a EEUU e impidieran la continuidad del golpe de Estado, los golpistas y a la hora de iniciado el acontecimiento, tenían bajo control a toda la nación y cerrándose también todas las estaciones de radio y televisión, en tanto a las seis de la mañana y desde la radioemisora oficial, el locutor Tomas Reyes Cerda enteraba a la nación, pero favoreciendo el golpe e instigando para el apresamiento de los dirigentes del PRD, Ángel Miolán, Nicolás Silfa, Ramón Castillo (estos señores habían entrado al país el 5 de julio de 1961 invitados por el entonces presidente Joaquín Balaguer y para que construyeran las bases democráticas de la sociedad) la senadora Thelma Frías y otros políticos gubernamentales más.

Aquí hay que decir, que el PRD no salió a defender a su presidente y tampoco al gobierno, mientras la mayoría de sus dirigentes se escondían, menos el secretario general, el doctor Washington De Peña, hermano del autor de su himno, Aníbal De Peña, quién sí se mantuvo como una voz contestataria hasta que los militares le arrestaron y en cuanto a la población, esta se quedó cruzada de brazos.

Si se atiende la versión de la caída del gobierno, a su vicepresidente, el doctor Segundo Armando González Tamayo y revelada a quien escribe años luego, se podría tener una visión realista de cual era el ánimo de los jefes militares: “Esa mañana y en mi casa y estando en torno a la mesa para el desayuno, (no estuve enterado del principio del derrocamiento) sonó el teléfono y el coronel jefe de mi escolta lo atendió, me quedaba de frente y de pronto vi, que aquel hombre que momentos antes, era todo cordialidad y buenas maneras y aun hablando, cambio la cara, la endureció y mirándome siniestramente, sacó su arma y apuntándome, me dijo, queda usted detenido y he recibido instrucciones de llevarle preso”.

Desde luego los funcionarios del gobierno se habían olvidado de su vicepresidente y toda la atención la tenían en Bosch y solo cuando a aquel, el general y “héroe nacional" Antonio Imbert Barreras se lo llevó con un amplio contingente a la Fragata Mella y acompañándole, lo exilió en Puerto Rico. Fue que la atención volvió a González Tamayo y a quien días después se le permitió volver a su consulta médica. El exvicepresidente, nos dijo también, que había quedado traumatizado de aquellos hechos y que jamás retornó a la política activa. Hoy día, nadie en el PRD, PLD y PRM se recuerdan de que existiera.

A nuestro juicio, el presidente Bosch y desde el primer día de su gobierno, entendió que se encontraba fuera de lugar, le dio las principales carteras a exiliados de origen otomano que vivían en Venezuela y a un peculiar comerciante y político de apellido Bordas y quienes después del derrocamiento, jamás y hasta donde conocemos, volvieron al territorio nacional.

En este aspecto, tenemos la percepción, de que hubo un momento por el que Bosch quería irse del poder, pero como victima del mismo y para que así su probable exilio le fuera muy satisfactorio y puntualizamos, hablamos del Bosch de 1963, que para nada fue el expresidente Bosch de los años setenta, más maduro y que con mejor conocimiento de la mentalidad dominicana se proyectó como el gran político y líder y que fuera hasta su muerte el primero de noviembre de 2001.

Por lo que decimos, que 59 Años atrás cae el gobierno del presidente Juan Bosch y por incompetente y provocador y también como resultado de su desconocimiento, a ese momento, del alma dominicana. En el 2001 el Bosch que murió era distinto y sí gran líder, político e ideólogo, así como gran pensador y escritor. Orgullo de todos. (DAG)