¿Análisis descabellados? Los antitrujillistas profesionales replican

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Si quienes de los antitrujillistas profesionales que fueron ayer a la aparente misa conmemorativa de las muertes de los conspiradores y sicarios que la CIA preparó e instruyó para que cometieran el magnicidio el 30 de mayo de 1961, se hubiesen dado cuenta de que a la misma y como ha estado ocurriendo todos estos años, cada vez la concurrencia es menor, habrían entendido el mudo meta mensaje que les envía la población, de  ese de rechazo absoluto a ese aparente recordatorio de supuestos agravios, que los descendientes de aquellos conspiradores y traidores, entienden que deben repetir como loros para la fecha.

En realidad, por un lado, estos antitrujillistas profesionales se niegan aceptar que deben enterrar a Trujillo y porque saben, que sin la memoria viva del Generalísimo, no hubiesen podido mantener vigencia a lo largo de estos 61 años y por el otro, cómo garantía suprema para que el Estado Dominicano y vía los gobiernos de turno y por su “martirologio”, les continue otorgando los enormes privilegios y canonjías y también pensiones privilegiadas que todos tienen y que representan una enorme sangría para los dineros de los contribuyentes.

Sobre este último aspecto, bastaría con señalar, que una auditoría forense más o menos aceptable, de hacerse, daría como resultado, que los asesinos de Trujillo y sus descendientes han cobrado más de diez mil millones de pesos como factura colectiva pasada a la nación, mientras se llenan sus bocas y se dan golpes de pecho, pretendiendo hacer creer que el sacrificio de los suyos, todavía no ha sido debidamente compensado y por un pueblo, al que ellos y abusivamente le tiran la culpa de sus muertes.

Pero no hay que aguardar auditoría forense de ninguna especie y para darnos cuenta del tremendo filón de riqueza que a esta gente les ha representado, que sus familiares o parientes y después de haber sido trujillistas de primera fila y desde antes del 1928, por pura ambición personal desmedida cometieron la vileza de traicionar a quien se lo debían todo: honores, riquezas y privilegios.

Véase como viven, el patrimonio que ostentan y la altanería insolente de como se comportan y para darnos cuenta de que realmente este grupo de antitrujillistas profesionales responden y como amanuenses unos y alcahuetes otros, a la familia que financió y pagó por el asesinato de Trujillo y luego alquiló como empleados para que administraran los bienes muebles e inmuebles que les fueron quitados a la nación y con el mentiroso pretexto de que supuestamente “Trujillo se los había robado”.

Esa familia de la que hablamos, la Vicini, que realmente se ha apropiado de este país como si el mismo fuera su finca o fábrica personal, se ha constituido a lo largo de estos 61 años, en la cabeza a ocultas de la más singular y abusiva dictadura familiar, que de hecho y constituida en tiranía gobernante, se le ha impuesto a esta nación y en base a la corrupción más descarnada como agobiante.

Y los antitrujillistas profesionales son su punta de lanza preferida para manipular los sentimientos de todo un pueblo y sin importar las tres generaciones nuevas que han nacido en todo este lapso. Pero ayer y para desconcierto de estos grupos, por la eucaristía a la que asistieron para conmemorar a los suyos, quizás y por primera vez cayeron en cuenta, de que se han ido quedando solos y que ya el público no asiste al acto conmemorativo con el que ellos pretenden hacer “héroes” a quienes en realidad no fueron más que unos redomados e ingratos traidores.

Porque lo que ocurre es muy sencillo: La gente sabe en su fueron interno y según pasa el tiempo, que Trujillo no era el malo y sí la victima de toda una conspiración abierta, fomentada, apadrinada y pagada por Gianni Vicini y como en nuestro análisis político de Estado  de ayer demostramos.

Nada más hay que fijarse en los insultos y procacidades que esos individuos, que se supone fueron a rezar, emitieron en el mismo acto fúnebre en contra de Trujillo: “cuatrero, agresor sexual, asesino y ladrón” y en variopinta radiografía moral de la que la mayoría de los asesinos tampoco escapan.

Desde luego, Trujillo, santo no fue, pero a diferencia de sus asesinos. Se fajó y de una aldea creó una nación con un pujante Estado moderno, que no haber sido saqueado, nunca los dominicanos habríamos confrontado crisis o penurias económicas: Nos dejó sin deuda externa, con el peso oro a mayor valor que el dólar estadounidense, con una economía de propio sustento y con inflación casi cero y como potencia militar que hasta EEUU la envidiaba y mantenía bajo acecho y ni hablar de la estupenda calidad y nivel de vida que teníamos los 2.5 millones de dominicanos que a su muerte existíamos.

Todo ese esplendor y pujanza fue robado y saqueado por la familia Vicini y hoy prevalida de su hegemonía económica, sus miembros entienden que la República es su patrimonio particular y los gobiernos, sus vasallos más entregados. A la fecha y si la dictadura Vicini se ha entronizado, se ha debido, no solo a la sumisión y entrega del dominicano, sino a que como dueña de los principales medios de comunicación y de información de masas de este país, manipula a su antojo las emociones del público y hace de la mayoría, lo más parecido a todo un paquete de individuos serviles y cobardes, quienes por comodidad de tener un empleo y temer represalias, no se le enfrentan.

Sin embargo, Los Vicini deberían de estar ojo avizor, porque dentro de 20 años y ya todos los antitrujillistas profesionales muertos biológicamente, mientras Trujillo sigue vivo en la idiosincrasia nacional, una nueva generación de dominicanos, absolutamente no atados al pasado y salvo que el presidente Luis Abinader se independice del mismo y se de cuenta que como presidente nacido después de muerto Trujillo, su papel principal es rescatar a la nación y liberarla de la dictadura familiar de la que hablamos, esa nueva generación de mentalidad abierta y renovada, deberá liquidar y para siempre, la nefasta hegemonía que los Vicini han formado aprovechando la ingenuidad y buena fe del dominicano.

Porque tampoco es que se quiera el retorno de Trujillo. No y a lo absoluto. Ya Trujillo es pasado y nunca volverá y el que se le recuerde como el gran dominicano que fue, no es justificación para pretender ir contra el presente y futuro que pertenece a nuevas generaciones y mucho menos, cuando al presente, la dictadura de ayer y en cierta forma, ha sido suplantada por la dictadura-tiranía Vicini de hoy.

Los antitrujillistas profesionales y en particular la boquita picante de los que, agazapados tras un supuesto museo de la memoria, se sienten frustrados porque con todo y estos 61 años no han podido encontrar la primera fosa clandestina que justifique su discurso de “los muertos de Trujillo”, la emprenden en contra de quienes disentimos de sus errados criterios y llamándonos como los creadores de “análisis descabellados tratando de redefinir la dictadura”.

¿Análisis descabellados? Los antitrujillistas profesionales replican y esta nuestra respuesta: El tiempo dirá y la historia juzgará y seguro que su juicio sobre nosotros será mucho mejor que todo cuanto pudieran merecer los antitrujillistas profesionales, vividores, deshonestos intelectuales y farsantes de tomo y lomo y depredadores de todo y gracias a Dios, menos del alma nacional, que esa y a los que amamos la libertad y el libre albedrío y también el libre disentimiento y la libertad de prensa y jamás dictadura del tipo que pudiera ser, nos reivindicará. Con Dios.