Así no, señorías…

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La información publicada en Diario Libre sobre las irregularidades detectadas por la Dirección General de Contrataciones Públicas en la licitación de libros digitales para Secundaria no ha gustado en algunos grupos. Ni a los editores comprometidos por la DGCP ni a otros involucrados del sector. Arranca el curso escolar con pequeñas tormentas: esta es de 1,200 millones de pesos.

Cuentan empleados del Minerd que los legisladores que se presentaron ayer en la sede armaron un lío de cara a la prensa, sin sentido ni razón. Primero, porque no estaba pautada una reunión de trabajo de la comisión de Educación del Congreso con el ministro. Segundo, porque el grupo era intencional e innecesariamente numeroso: fotógrafos, camarógrafos, técnicos, protocolo, legisladores, asistentes… Pero la prisa en salir a contar ante la cámara su versión de los hechos es una táctica ya utilizada muchas veces. El motivo, sin duda, era otro.

Pero las auditorías no deberían provocar reacciones exageradas. Por otra parte, la disposición de esta comisión de diputados merece los máximos elogios. Hay otras comisiones de trabajo que ni siquiera están activas, por lo que proyectos de leyes importantes (pero que conviene mantener en letargo a grupos de interés) no avanzan.

Los informes de la DGCP y las auditorías de la Cámara de Cuentas deberían ser recibidos con otro espíritu. Son el filtro que tiene la sociedad para creer (por lo menos un poco) que hay controles que cuidan del uso de nuestros impuestos. El poder de las comisiones legislativas es grande. No hace falta salir a los medios a desacreditar a un ministro.

Queremos informes y auditorías. Muchas: del gobierno pasado y de los anteriores. También del actual. De todas las instituciones y que los diputados las exijan… Por: Inés Aizpún [Diario Libre]