Hemos escuchado muchas estupideces por parte de estos seudo izquierdistas y comunistas arrepentidos y derechistas compañeros de ruta y quienes ahora y privando en “progresistas” tratan de hacer cualquier invento con el que ellos se sientan realizados frente a sus mediocridades de pequeña burguesía desacreditada.
Lo iniciaron tratando de darle género al lenguaje y tratando de que “el -ellos” sea la norma que impere y hasta llegar a lo ridículamente nuevo del “elles”. La han emprendido contra monumentos históricos y hasta le han caído encima a estatuas conmemorativas sobre individuos que varias generaciones distinguen como exponentes de países y comunidades y hasta de hechos históricos y hitos culturales.
Y no conformes con el caos generado, ahora y en este país, un mediocre alcalde que por obra del canibalismo político cayó como alcalde de Santo Domingo Norte, Manuel Jiménez y un senador y empresario tratando de congraciarse con la gleba izquierdista, Antonio Taveras Guzmán, pretenden la última bellaquería dizque progresista, de abogar por cambiarle el nombre al monumento funerario Faro a Colón y olvidando, que el mismo y aparte de museo, es en esencia un monumento funerario que debe ser respetado y porque en él descansan una parte de los restos del Gran Almirante de la Mar Oceana y realmente, primer europeo en llegar a las nuevas tierras de este Continente, logro solo comparable a la llegada del comandante, cosmonauta y piloto, Yuri Alekséyevich Gagarin de la URSS, al completar una órbita de la Tierra el 12 de abril de 1961.
Esta majadería que se propone, hay que salirle al paso de inmediato y cortarla por lo sano, pues de materializarse, lo siguiente será sacar los restos del Gran Almirante y terminando por derrumbar su estatua en el Parque Colón, conmemorativa de su gran hazaña y la que tiene 101 años colocada allí. Colón y como todo el mundo tiene su parte buena y también su parte mala, pero la hazaña que protagonizó le hace la mejor referencia del ser humano innovador, positivo y triunfador de retos que con su viaje civilizador, cambió la concepción limitada del mundo de su tiempo y hasta entonces. ¡Hay que rechazar semejante propuesta que va hasta contra nuestra propia identidad nacional! (DAG)
