Como una forma de enfrentar la competencia extranjera, editoras dicen crearon con School Teams los libros para el Minerd a la que acudieron al no tener capital de trabajo. Sobre el particular ha surgido un malentendido mediático

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La Asociación de Editores y Distribuidores de Libros de República Dominicana (Asedilird) asegura que tres de sus asociados participaron en el desarrollo de los libros en los que figura como autora la empresa School Teams R.R.L, cuyo socio accionista y también autor de los textos de acuerdo con los registros de la ONDA, declaró no saber nada de la empresa.

Con ello, buscan explicar que, aunque la autoría de los libros figura a nombre de una empresa en la que uno de sus dos socios, Primitivo Santos, dice ser chofer, hubo detrás un equipo de personas calificadas.

“School Teams contrató o hizo un acuerdo comercial en el mundo privado, porque School Teams no tiene ningún contrato con Educación, simplemente tiene unos derechos autorales, con el señor Avelino Stanley, Juan Colón y Robin Lara, para que con los equipos multidisciplinarios de School Teams, (ilustradores, otros investigadores…) ellos fueran quienes dirigieran todo lo que era el contenido”.

¿Por qué casas editoras de renombre concursaron con libros que ahora aseguran, que ellos mismos elaboraron pero que según los registros son de la autoría de otra empresa?

Según el abogado Valerio “estos tres señores, cansados durante años de que no les tomaran en cuenta en nada, decidieron, junto con School Teams, elaborar un material. Ese material lo tiene Amalfi que tiene el 51 % que está en la compañía y había una especie de familiar de ella que completaba ese 49 %”. Luego dice que es un “experimento nuevo” que hacen para la industria nacional, “porque por más de 40 años nunca se les dio un libro a editar a esos señores”.

Avelino Stanley añade: “Nosotros somos reconocidos, nuestras empresas, en el caso mío Cocolo Editorial, no tenemos los recursos para poder crear, en el caso de Lengua Española, crear un equipo… Un libro didáctico no lo hace un autor, lo hace un equipo y fueron seis libros que elaboramos de primero a sexto del nivel secundario”.

Indica que, a través de School Teams, que los contrató para ello, se produjeron los libros y que esa empresa es la dueña del derecho de autor, pues les pagó para eso. “Había una mejor oportunidad para concursar si todos eran juntos y por eso se crea School Teams, que registra los derechos autorales”, recalca el abogado Valerio.

Al hacerle notar al grupo que en el registro mercantil de esa empresa dice que tiene cinco empleados y que sus 100 cuotas tienen valor de 1,000 pesos, el abogado afirma que la mayoría de las empresas del país tiene 100,000 pesos de capital.  “Estos señores colectivizan el conocimiento, entre todos se crea un equipo disciplinario que se paga por proyectos y al terminar el proyecto se va”, enfatiza.

“Lucha de poder “

Mientras, Juan Colón se queja del flaco servicio que se le hace al sistema educativo cuando se dice que un chofer es el autor. “Me siento ofendido porque yo como autor, con mi empresa, nunca pude acceder (a las licitaciones)”. También se queja de que, por una lucha de poder, estén siendo enfrentados, cuando sus libros han sido evaluados y obtenido las mejores notas.

Insisten en que “un grupo de editoriales transnacionales” que siempre resultan ganadoras de las licitaciones buscan desacreditarlos, porque ellos, unidos, han logrado llevarse casi un 30 % de las licitaciones y seguirán participando. “Esto se trata de una lucha de intereses. Eso es lo que hay en todo esto”, dice Stanley.

Aunque los libros de la autoría de School Teams son los que entran a la licitación a través de las empresas ya referidas, Valerio aclara que esta empresa no ha licitado con el Estado: “School Teams, como School Teams, está en una norma separada la 01-2022. Se aprueba el contenido del libro, se aprueba que ese libro puede ser enseñado en la educación… quienes van y licitan para la edición del libro son Cocolo Editorial, CA-Mart y Ediciones Unidas del Caribe. Ellos son los que licitan con su empresa y son los que hacen un negocio directo con el Ministerio de Educación”. También señala que hasta el momento School Teams no ha vendido al Estado y no ha recibido un peso por lo que ha hecho. Pero afirma que la empresa tiene capital para la producción de los libros porque hay “otras personas que están invirtiendo”, incluidos los mismos editores que trabajan en la elaboración del contenido.

El Minerd, Contrataciones y la “suspensión”

Al margen de lo que ocurre con la empresa autora, la licitación del Minerd para los libros digitales fue impugnada parcialmente por Actualidad Escolar, otra de las empresas participantes.

Dicha impugnación motivó una suspensión, a modo de medida cautelar, de parte de la Dirección General de Contrataciones que ayer envió un comunicado indicando que los contratos de Cocolo Editorial, Editora Cosme Peña, CA-Mart Soluciones y Ediciones Salomé están suspendidos mediante la resolución 104-2022, del 12 de julio pasado.

Aunque el director de Contrataciones, Carlos Pimentel, aseguró ayer a este medio que esos contratos siguen suspendidos, Juan Colón asegura que desde ayer ya están entregando al Ministerio los libros acordados. También la abogada de Actualidad Escolar, Luz Díaz, dice que el caso quedó sin efecto, y no se explica por qué esa decisión no ha sido notificada a Contrataciones Públicas, ni por qué el Ministerio ya está recibiendo los libros, cuando la suspensión no ha sido levantada.

Ayer también, el Ministerio de Educación emitió un comunicado en el que indica que no ha adquirido libros de textos a la empresa School Teams, que tampoco participó en el proceso de selección. School Teams nunca participó en la licitación, por lo que la aclaración del Minerd es extemporánea.

Asegura que Cocolo, Ediciones Unidas y CA-Mart, según documentación aportada, son concesionarias de los derechos de propiedad intelectual que aparecen registrados a sus nombres. Reitera el compromiso del Ministerio con la transparencia y la ética, pero no refiere la composición de la empresa que figura como autora en los libros en varios documentos y que lo admiten los propios oferentes y lo que a creado el malentendido que está en debate. [Ojo-Diario Libre]