Hasta ahora habíamos considerado que era lógico que el dueño del aeropuerto internacional de Punta Cana, Frank Rainieri, se negara a que se construya otro aeropuerto “cercano” al suyo, pero cuando se busca lo que al respecto dicen los expertos internacionales, se descubre, que sobre este particular Rainieri a mentido, pues la distancia entre uno y otro es de 24 kilómetros en línea recta y lo que sí importa es que las pistas no confluyan en la misma dirección.
Es decir, si el Punta Cana, sus dos pistas están trazadas al este, las de Bávaro deberían ser trazadas al oeste y para que de esa manera no haya interferencia de ninguna especie. Lo otro es, que en la zona de Bávaro se espera un crecimiento de 80 mil habitaciones hoteleras y que se garantizan con un desarrollo hotelero e inmobiliario sostenido, incentivado por el nuevo aeropuerto.
Rainieri hasta ahora a impedido la construcción del de Bávaro argumentando distancia, en realidad, es porque quiere mantener su monopolio. Recuérdese que él ha sido el único empresario, que, estando el presidente de la República en un acto público del gobierno anterior, se presentó y le hizo un piquete junto a sus empleados para tratar de presionarlo y lo que ningún político que sea presidente del país puede aceptar y sí tener presente. Algo parecido le sucedió en el gobierno de Hipólito, a quien quiso enfrentar.
Consideramos que, dadas las expectativas promisorias para la zona turística en crecimiento de Bávaro, el gobierno de Abinader debe dar el paso correcto de favorecer la construcción del aeropuerto de Bávaro y la economía mejorará a más y lo significativo, que con la autorización para construir el aeropuerto de Bávaro se rompe el monopolio del de Punta Cana y que legalmente debe ser lo importante. (DAG-OJO)
