Desde el punto de vista del control demográfico, parecería que la guerra Rusia-Ucrania tiene y cobra sentido

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Desde mucho antes que el coronavirus se esparciera por el planeta después de haber sido creado en laboratorios secretos militares, recordemos cuando el nacimiento del virus también de laboratorios, VIH, por la mayoría de los mass media mundiales pertenecientes a corporaciones globales, empezó a correr la historia respecto “a la necesidad” de que de alguna manera había que empezar a controlar la población mundial y en algunos medios, hablándose sobre millones de vidas que “necesariamente deberían morir fuera de su ciclo natural”.

Aparecieron entonces las grandes fundaciones pertenecientes a multimillonarios de la alta tecnología como de las finanzas y cada una en base a supuestos estudios de supuesta alta calidad científica, se empezó a elaborar y propagar la tesis de que el planeta supuestamente no podía aguantar los más de ocho mil millones de personas que en él convivían.

En función de semejante tesis pro-control poblacional expedito, activistas “sociales” que sin rubor alguno abogaban por este tipo de genocidio, empezaron a ser presentados como “especialistas” de muchas de esas fundaciones y universidades y estas, a su vez las puntas de lanzas de grandes corporaciones globales que abogaban por el exterminio “gradual “de la humanidad.

De esta manera las guerras cobraron otra dimensión y un objeto definido pero oculto y con el propósito de librar ensayos de destrucción masiva de vidas humanas y como ocurriera en el 2003 en Irak donde un millón de personas fueros sacrificadas. Ya antes cerca de dos millones de personas fueron asesinadas en Birmania por el régimen comunista de allí y otros millones más en África y Asia.

Es decir, los llamados “poderes del mundo”, desde los últimos 30 años han estado decididos a llevar un control demográfico nada común y el que oculto por la saturada propaganda y contrapropaganda de sus medios de comunicación, lograban que las personas no se dieran cuenta del siniestro plan que existía sobre ellas y para lograr, que por lo menos dos mil millones de personas y en un momento dado fueran desaparecidas de la faz de la tierra.

Y aquí debemos hacer la precisión y puntualización más que correctas. Los que pretenden el genocidio, no son precisamente determinados países, sino los grupos más poderosos de la economía mundial y que metidos en los cinco continentes y de todas las nacionalidades, con sus corporaciones y laboratorios, parecería que entienden que ha llegado el tiempo de acelerar sus planes “científicos” de exterminio y los que comenzaron con la entrada del VIH y ahora implementando el coronavirus COVID-19 y como ya se está viendo con una ola de variables sobre esos virus, que su coincidencia al empezar a propagarse, provoca que la imaginación empiece a realizar las especulaciones de lugar.

Mientras tanto, nosotros creemos que debemos empezar a ver bajo sospecha, el intereses de determinadas potencias occidentales por empujar hacia una secuencia de guerras masivas de índole punitiva y con el pretexto de supuestos problemas políticos geoestratégicos entre naciones o zonas geográficas y como el caso de la nada sorpresiva guerra por la sobrevivencia entre Rusia y Ucrania y esta última bajo la bendición de EEUU, la UE y su ejército de mercenarios legalizados, que es a lo que en el fondo se circunscribe la OTAN, en tanto en paralelo, las grandes corporaciones del mundo y principalmente estadounidenses y europeas, tienen sus ejércitos corporativos privados de alquiler y desde luego, sin dejar de lado los ejércitos de fuerzas especiales de las grandes potencias y quienes en conjunto, entre sus planes de acción, tienen el control demográfico como su primer plan a desarrollar.

Por eso, ahora mismo y por más que se advierte que por el camino que va Occidente en su continua y constante provocación contra Rusia y con el pretexto de utilizar a Ucrania como especie de “gallo mona”, inevitablemente, conlleva a una guerra mucho más amplia, que englobara a no menos de 30 países y que de suceder, llevaría al plantea a lo más parecido a una Tercera Guerra Mundial de circunstancias absolutamente imprevisibles.

En este aspecto, continuamos con nuestra puntualización, todo este aparataje bélico, no es exclusivo de ninguna nación y sí de las potencias occidentales y desde los intereses de sus corporaciones multinacionales y aunque no se considere, unidas a Rusia como a China en su terrible plan de control demográfico mundial.

Ojalá que nos equivoquemos y resulta que “hemos leído demasiado” y que tenemos “una mentalidad sumamente creativa”, pero todo indica y por la celeridad de como los acontecimientos se están desarrollando,  que ante la aparente irracionalidad de los arquitectos de los planes bélicos que se han desatado, más el sospechoso silencio de las religiones, que definitivamente entendamos, que se está ante un escenario nada normal y sí perturbadoramente casi licencioso, de poderes endiosados y en base a un desprecio absoluto de la vida humana.

En consecuencia, nos permitimos hacer esta reflexión personal dentro de un análisis político de Estado fuera de lo común, para que por lo menos, quienes nos dispensen el honor de su atención, valoren y observen con inquietud, el cómo es posible que de buenas a primeras, en el planeta se hubiese desatado la locura y las grandes potencias y con el pretexto de esta nueva guerra, reinicien sus planes de control punitivo absoluto de la población y con el solo propósito de dizque llevar a “un punto de equilibrio” la cantidad de personas que para este siglo deben poblar el planeta.

De ahí que apelemos al sentido común y nos demos cuenta, de que algo anda torcido en los centros de decisión del planeta, que, de buenas a primeras, las grandes potencias, parecería que no les preocupa en lo más mínimo la fuerte escalada guerrerista que se pretende y que de ocurrir a plena capacidad, muchas de estas y de ilusas, creen o entienden que saldrán indemnes. Al pensar de este modo, entendemos entonces, que, desde el punto de vista del control demográfico, parecería que la guerra Rusia-Ucrania tiene y cobra sentido. (DAG)