Dos preguntas

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En una visita de estudiantes al periódico, se me preguntó por qué escribía sobre Haití, un cuestionamiento muy bueno y válido que, en lo personal, no me había planteado. La respuesta es que escribo sobre Haití porque creo fervientemente en la unidad caribeña y la teoría de hermandad regional que plantearon figuras como Eugenio María de Hostos, Ramón Emeterio Betances, José Martí, Máximo Gómez, entre muchos otros.

No es casualidad que todos esos célebres caribeños hayan apostado a la cooperación en el Caribe mayor como respuesta a muchos de nuestros problemas comunes. Es que tiene toda la lógica del mundo, que como vecinos nos ayudemos en las buenas y en las malas. Pero esa utopía caribeña nunca ha podido ser consolidada, a veces por mano extranjera y otras por decisión propia. Por esa razón también escribo, no sólo de Haití, sino del Caribe.

Y escribo del tema haitiano porque de nuestros componentes, es el más rezagado que está, eso a pesar del socialismo cubano, la colonia boricua o el “subdesarrollo” dominicano. Me parece que abogar por buscar una solución al desastre en Haití es trabajo de los caribeños al unísono, lo cual dista mucho de la realidad, por desgracia.

Además de eso, me preguntaron igualmente cuál era mi opinión sobre la crisis haitiana y República Dominicana. Esa fue más sencilla, porque la tengo clara.

Primero, opino que Haití sí es un problema dominicano que hay que atender, comenzando por enfrentar las mafias migratorias que mueven los haitianos de un lado para otro impunemente, seguido por procesar a aquellos que les dan trabajo a los que no tienen papeles y concluyendo por detener a los que hacen negocio con ellos en las maternidades.

Cualquier dominicano maneja esa información, es un secreto a voces, pero nadie le pone la tapa al pomo. Segundo, hay que seguir insistiendo con la comunidad internacional y su deber con atender la crisis, aunque nadie haga caso, aunque nos dejen solos, porque es lo justo.

Esas fueron mis respuestas a las preguntas hechas por estudiantes de aquí, que se interesaron en lo que pienso. Por: Benjamín Morales Meléndez [Diario Libre]