El amigo americano

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Cualquiera pensaría que Estados Unidos trataría mejor a la República Dominicana en un contexto iberoamericano en el que los gobiernos afines a Washington son cada vez menos.

El continente atraviesa un ciclo político en el que la izquierda (alguna bastante radical) ha ganado las elecciones de países antes conservadores, más proclives a alianzas con EE.UU. ¿No sería más lógico tener una política más respetuosa con sus aliados más confiables? ¿Qué puede ganar peleando con los que se lleva mejor? ¿Aislarse más? ¿Cuándo dejó de interesarle Latinoamérica como socio preferente?

El azúcar y el arroz son básicos para la economía dominicana y están en su mira. No parece que haya interés en nombrar embajador, entendiendo que con burócratas que atiendan los asuntos cotidianos es suficiente. El tema de los migrantes haitianos es objeto de constante crítica, con el objetivo de colar el tema de la supuesta apatridia de los descendientes de ciudadanos haitianos como meta.

Dos millones de dominicanos residentes o ciudadanos en Estados Unidos son el lazo más fuerte que une a los dos países. Tienen un peso electoral que interesa a demócratas y republicanos, que se desviven en sus comunidades cuando hay elecciones municipales. Los dominicanos ocupan puestos importantes en diferentes instituciones, academias y centros médicos. Es una comunidad que prospera.

Muchos temas por aclarar que quizá sean el motivo de la visita de la subsecretaria de Estado, Wendy Sherman, que llega este próximo miércoles. No sólo la alarma de viaje que tan precipitada e inexplicablemente se impuso y para la que Antony Blinken tuvo más balbuceos que explicaciones ante las preguntas de una incisiva María Elvira Salazar.

Veremos qué trae el amigo americano en esta vuelta. Por: Inés Aizpún [Diario Libre]