El camarada Andrei Zhdanov Cerdán

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Hay noticias que suenan a cachondeo. Es lo que puede sentir cualquier ciudadano español, no importa su ideología, al escuchar a Santos Cerdán, secretario de Organización del PSOE, que van a crear un «comité contra la desinformación de la derecha» para desmentir los bulos que difunden el PP y Vox contra los indefensos gobiernos socialistas.

No hay duda de que Cerdán es una mente preclara y su señor, Pedro Sánchez, premiará a tan fiel vasallo. España le necesita en funciones más importantes. En la Unión Soviética tenían un Departamento de Publicaciones del Comité Ejecutivo del Komintern, así daban información veraz y trasladaban consignas a sus seguidores en los diversos países, y un Departamento de Agitación y Propaganda del Comité Central del Partido Comunista Soviético.

El obediente Georgi Aleksándrov fue subjefe del primero y director de la Escuela Superior del partido y jefe del segundo. Por encima estaba el famoso Andréi Zhdánov. Los dos fueron maestros de la agitación y propaganda. Se encargaban del control de la cultura, los medios de comunicación y la persecución de los disidentes. El bien máximo a proteger era la verdad comunista y su sumo sacerdote, Stalin.

Santos Cerdán ha modernizado el departamento de Agitación y Propaganda del PCUS dándole un nombre más acorde a los tiempos actuales. Aleksándrov y Zhdánov formaron parte del aparato bolchevique destinado a desprestigiar y acabar con los políticos y los partidos de derecha, centro e izquierda que no asumieran el nuevo orden.

Al igual que Cerdán y sus acólitos empezaron arrogándose la posesión de la verdad y la capacidad para decidir quién mentía en contra del partido y el Estado. El camarada Andrei Zhdanov Cerdán nos informará a los medios de comunicación de las mentiras de los lamentables dirigentes del PP y de Vox que no entienden que Sánchez y los gobiernos de su partido lo hacen todo muy bien.

Son un ejemplo de cumplimiento de los compromisos electorales. La información gubernamental debería merecer un espacio fijo en todos los medios de comunicación como acertadamente se hacía en la Unión Soviética, porque no había nada más conveniente que leer las noticias del Pravda, escuchar la radio y ver la televisión bajo la sabía inspiración del Kremlin. Hay que estar muy agradecidos a Andrei Zhdanov Cerdán y su comisión de la verdad. Por: Francisco Marhuenda [La Razón]